Hª del cine musical: 'Un americano en París'

El director Vicente Minnelli sentó las bases del cine clásico musical en 1951 con Un americano en París. La historia se ubica en el fin de la Segunda Guerra Mundial. Jerry Mulligan, interpretado por Gene Kelly,  es un pintor estadounidense que reside en París, pero nadie compra sus cuadros. Un día cualquiera Jerry conoce a una americana rica que apuesta por él y lo promociona. A su vez,el pintor conoce a una joven dependienta y se enamora de ella.

En las películas musicales prima la línea argumental del amor. En este caso, también es así pero la trama romántica sirve para adentrar al espectador en la vida bohemia del viejo París. La ciudad va a ser el reflejo del protagonista. De hecho, en el inicio de la película lo primero que se presenta es el entorno de Jerry. Son planos que muestran los edificios, las calles, los amigos, los vecinos y la vida urbana bajo la voz en off del protagonista para finalmente descubrir su rostro.  Por su parte, las secuencias de baile y música contribuyen al romanticismo de Kelly. El número final es el auge de lo que se va dejando ver durante toda la película. Es una explosión de decorados, coreografías, juegos de color, luces y sombras en donde el vestuario del ballet nos recuerda a grandes pintores como pueden ser Manet, Tolouse- Lautrec o Van Gogh.

Un americano en París conjuga la alegría con el romanticismo. De esto se hace cargo Gene Kelly al encarnar a Jerry.  Su interpretación, su estilo al bailar y su elegancia contribuyen a ello. Sus cualidades artísticas quedan demostradas en esta película, las cuales volveremos a ver en 1952 al protagonizar Cantado bajo la lluvia. Kelly fue reconocido como uno de los más versátiles actores, cantantes y bailarines de Broadway junto con Fred Astaire. Su acompañante de reparto fue Leslie Caron que sustituyó a Cyd Charisse, primera candidata al papel. Caron interpreta a  Lise Bouvier, una joven y dulce dependienta. La presentación del personaje de Lise en la película se muestra  de nuevo bajo la descripción en off de Jerry. La voz del protagonista acompaña a las imágenes donde Lisa baila al escenificar lo que Jerry describe de ella.

Las imágenes coloridas, los cambios de escenarios, el movimiento de la gente y las luces transmiten un ambiente festivo. Lugares reconocibles forman parte de los espacios que son testigos de la historia de Jerry, algunos de estos sitios son la Plaza de la Concordia de Dufy o el Teatro de la Ópera. El ambiente donde se desarrolla la acción es tan importante como la música. Ambos, espacios y música, van cogidos de la mano en esta película. Los diferentes elementos audiovisuales se conjugan de forma que se da lugar una nueva concepción de la construcción musical. Fotografía, decorados, coreografías, protagonistas y, por supuesto, música van acorde para narrar una misma historia donde un elemento no tendría coherencia sin el otro.

El compositor de Un americano en París es George Gershwin el cual afirmó: "Mi propósito aquí es retratar las impresiones de un estadounidense que visita París; mientras pasea por la ciudad, escucha varios ruidos callejeros y absorbe el ambiente francés... La primera parte está desarrollada en un estilo típicamente francés, a la manera de Debussy o el grupo de los Seis". Como explicó Gershwin sonidos habituales de la calle son imprescindibles en la banda sonora de esta película, por ejemplo, son notables las bocinas de los coches. Como anécdota, cabe mencionar que el compositor se llevó al estreno claxons de taxis.

En definitiva, Un americano en París supuso y supone hoy una película muy valorada entre el género musical. De hecho, ganó seis Oscar de la academia incluido el de Mejor Película. El productor, Arthur Freed, recibió con un Oscar honorífico al igual que Gene Kelly que también fue reconocido por su carrera. La Metro Goldwyn Mayer con este largometraje se convirtió así en la productora preferente en el cine musical incluso por encima de las grandes producciones de la RKO.

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