Cristianos, moriscos, piratas... el barco de Mar i Cel vuelve al abordaje y lo hace con motivo del 40º cumpleaños de Dagoll Dagom. La compañía teatral liderada por Joan Lluís Bozzo recupera por tercera vez esta historia de amor imposible entre Saïd y Blanca, un musulmán y una cristiana que luchan contra corriente en una sociedad dividida, a principios del siglo XVII.
La producción se encuentra en su fase de selección. 800 artistas, entre cantantes, actores y acróbatas, se han presentado a este cásting, de los que tan solo 300 han pasado la primera criba. Broadwayworld ha entrevistado a Joan Lluís Bozzo y Joan Vives, director artístico y musical de este célebre título, probablemente la superproducción musical más recordada por el público catalán desde que se estrenara hace 26 años en el Teatre Victòria.
Broadwayworld Spain: Entre los muchos éxitos que ha tenido Dagoll Dagom, ¿por qué habéis decidido reponer Mar i Cel y no otros títulos como No hablaré en clase o Antaviana?
Joan Lluís Bozzo: Estas dos obras que citas fueron dos espectáculos muy populares en su momento y se habría podido plantear una reposición de cara a la celebración de nuestro 40º aniversario pero, si queríamos hacer algo espectacular, estaba claro que nuestro 'barco insignia' es el de Mar i Cel. Éste es muy probablemente el tiro más seguro que tiene nuestra compañía.
BWW: Después de dos adaptaciones, y habiendo pasado 10 años desde la última vez que vimos a los piratas en escena, ¿qué novedades podemos esperar para esta producción?
JLB: La base y la sustancia es la misma, lo que cambiará será el cásting, que será completamente nuevo. Haremos videoarte en escenas en las que la acción se traslada fuera del barco, como la expulsión de los moriscos y el sueño de Blanca, en las que apostaremos por un nuevo giro estético, una puesta al día que no aleje del relato y la dimensión clásica de la obra. No tendría sentido hacer cambios. La obra es la de siempre, sólo que con unos mínimos retoques.
BWW: Que se hayan presentado 800 artistas nos da una idea de la calidad que podremos esperar del cásting final. ¿Está siendo especialmente complicada la elección esta vez?
JLB: El aumento de la calidad de actores y actrices obedece a la excelente formación que reciben en sus escuelas de interpretación. Hoy en día si no se hacen musicales no será porque no haya gente preparada sino porque no habrá productores que quieran hacerlos. Los teatros oficiales le deberían prestar más atención al género musical para apostar por una industria que florece alrededor de estas propuestas. Es una lástima que haya tanto talento en potencia y que, en cambio, haya tan poca producción. Es algo que me pone de mal humor.
BWW: Carlos Gramaje ya repitió como Saïd en la producción de 2004. ¿Podemos esperar caras conocidas o se va a apostar por nuevas promesas?
JLB: Habrán caras nuevas. Quizás no la totalidad porque no queremos limitarnos. Si es alguien que ya la ha hecho y nos gusta, repetirá. Pero todo parece indicar que la mayoría serán caras nuevas, al menos los protagonistas Saïd y Blanca.
BWW: El barco de Mar i Cel ya atracó en Madrid en 2006. ¿Vais a repetir la escala cuando zarpéis del Victòria?
JLB: No, porque la experiencia no fue muy positiva. No funcionó como esperábamos y necesitábamos. Salimos un poco perjudicados. Debería haber una propuesta con muchas garantías ya que mover este espectáculo es muy caro.
BWW: ¿Podemos esperar que las producciones de Dagoll Dagom vayan en la línea de las reposiciones o seguiréis apostando por la producción original?
JLB: Por supuesto, una cosa no quita la otra. Ya nos gustaría que éste fuera un espectáculo continuado pero el problema es que aquí no hay suficiente público como para tener en cartel una misma obra durante años, como pueda ser Los Miserables o El Fantasma de la Ópera en Londres.
Joan Vives repite de nuevo llevando la batuta de esta superproducción con una partitura tan épica como su puesta en escena. Vives no forma parte del equipo creativo original pero, desde que se hiciera cargo de la dirección musical en 2004, siente tan suyo el proyecto como si lo hubiera parido.
Broadwayworld Spain: ¿Qué se siente al volver a dirigir esta obra?
Joan Vives: Mucha emoción. Quizás no nos hemos dado cuenta de que estamos viviendo un clásico. Algunos hemos tenido la suerte de haberla disfrutado 3 veces, y esperemos que se siga repitiendo.
BWW: Según Joan Lluís Bozzo, habrá novedades a nivel escénico y también en el cásting. ¿Qué podemos esperar en relación a la música?
JV: Se está especulando en incluir la obertura a telón bajado que escribió Guinovart para la versión que se realizó en Alemania y que tuve el placer de dirigir en el teatro de Halle. De incluirse, el espectáculo podría alargarse unos 4 o 5 minutos y eso obligaría a recortar por algún lado. Pero, aun así, me encantaría que se pudiera incluir para que la gente la conozca, porque es una preciosidad.
También se habló de que el personaje del grumete lo hiciese un niño en vez de una soprano, lo que supondría un cambio sustancial en la partitura, además de los problemas que plantea a la producción para encontrar 3 niños que canten y actúen bien.
Habrá que esperar hasta septiembre para ver completado el proceso de recreación en el que se encuentran inmersos Bozzo y Vives. Con la llegada del otoño, las velas volverán a hincharse a la espera de tener el viento a favor de sus espectadores para el buen rumbo de esta singladura.
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