¿Qué sucedería si un virus informático infectara los cuentos tradicionales hasta hacerlos irreconocibles? Con esta (pos) moderna premisa parte El gran llibre màgic, un conte per riure de por, un musical destinado a público infantil en el que dos vendedores ambulantes, El Gran Antonelli (Albert Muntanyola) y Luiggi Il Castratti (Kike Pérez), se ven envueltos involuntariamente en una aventura que les llevará a convertirse en accidentales garantes de los relatos clásicos de los cuentos infantiles.
Albert Gràcia y David Ávila dirigen y producen un espectáculo musical que subvierte en forma de humor el universo y las estructuras narrativas de los cuentos de toda la vida. Un malvado virus encarnado por una figura femenina (Carol González) - algo, esto sí, muy clásico, desde que Eva tomara el fruto prohibido y convirtiera al sexo femenino en culpable del desorden y los desastres humanos - decide infiltrarse por el puerto trasero de un gran libro mágico por cuyas enormes páginas desfilan personajes algo angustiados y en busca de su identidad perdida: un Drácula que ha perdido su visión y que agoniza de hambre, una Caperucita Roja disléxica que habla al revés... o un Gato con botas que no sabe si tiene que ladrar, piar o maullar... Por no hablar de un Barbanegra desconcertado por el inapropiado tinte azul de su vello facial.
La acción se sucede con ritmo y equilibrio gracias a las entradas y salidas casi 'vodevilescas' de estos archiconocidos personajes para el público infantil y adulto. La escenografía juega casi todas sus cartas a un monumental libro animado y desplegable que habla, estornuda y se lamenta de haber perdido sus relatos originales. La música original de Ávila, que se desliza muy dignamente por palos tan variados como el vals o la balada, se pone al servicio de una dramaturgia igual de rica en matices y guiños metadiscursivos.
Debo reconocer que fui a ver la obra con la inquietud que mis pequeños acompañantes me pidieran la hora antes de que acabara el partido. Por suerte, no fue el caso. Las múltiples interacciones de los 3 actores con el público - las justas, que no pecan por exceso ni por defecto - , las desacomplejadas roturas de la cuarta pared que el público infantil entuma con más frescura y menos resistencia que los adultos, mezcladas con una duración precisa - 60 minutos - convierten a este espectáculo en una cita recomendable para los que quieran introducir a los más pequeños en el teatro musical.
El gran llibre màgic es un homenaje a la narrativa infantil tradicional pero abordado desde el escepticismo y el cuestionamiento del planteamiento clásico. Desde que en 2001 Dreamworks lanzara su primer Shrek, parece que el público infantil ha aceptado con naturalidad y sin traumas que una princesa se convierta en ogro verde y que se case con uno de sus iguales. O, incluso, que la bruja tradicional del cuento se encarne en un sofisticado virus con muy mala baba. En la obra de Gràcia y Ávila subyace una nostalgia por la lectura de libro tradicional, ese que puede tocarse y olerse, advirtiendo de los peligros de la digitalidad en la que la imaginación pierde terreno ante el omnipresente y, a menudo, muy digerido audiovisual.
El gran llibre màgic, finalista de los Premios Broadwayworld Spain 2013 como mejor musical infantil y mejor musical en gira, podrá verse los sábados y domingos hasta el 18 de mayo en el Sant Andreu Teatre. Para más información sobre la obra, haz click aquí.
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