Hoy por la tarde Carlos J López, director de Súmmum Music, empresa que gestiona y programa el Teatro Nuevo Apolo; Jesús Cimarro, presidente de la Asociación de Productores de Teatro de España; y Ramón Madurga, propietario del Teatro, han expuesto a los medios de comunicación el cierre administrativo por el que pasa este Teatro.
"El ayuntamiento de madrid ha precintado el Teatro Nuevo Apolo este jueves 11 de junio a las 12h. El teatro tiene licencia de apertura y estábamos gestionando la de funcionamiento, para lo cual contamos con todos los informes favorables de todos los organismos: municipal, protección civil, bomberos y patrimonio. Todos excepto Medio Ambiente," expone el director de Súmmum. "Este cierre está basado en una normativa de Medio Ambiente de 2011, y que obliga a un aislamiento sonoro de 80dBs, que edificios como el Nuevo Apolo, de 83 años, no cumple. Según los ingenieros sonoros, difícilmente ningún teatro de la capital, y seguramente ninguno de España, tenga ese aislamiento, absolutamente innecesario e imposible de cumplir."
El director ha comentado que los expertos dudan de que el propio Teatro Español o el Circo Price, ambos municipales, cumplan esta normativa. Patrimonio tiene catalogado el Teatro Nuevo Apolo como edificio de Máxima Protección, y es imposible hacer obra de ningún tipo para modificar la situación. Aún así, si se hiciese obra, los técnicos no garantizan que se pudiera a pasar de los 65 o 70 dB de aislamiento. Nunca los 80, que es lo que exige la normativa de Madrid, única en España.
Según cuenta el director del teatro, para no ocasionar molestias a los vecinos, a finales de 2013 se hicieron reparaciones y arreglos en el Teatro, y no sobrepasar los límites de la transmisión sonora de 35 dB (diferente del limite de aislamiento). Todos los vecinos aprobaron esta medida y afirman que el teatro no supone ninguna molestia, excepto uno que exige que se cumpla la normativa de aislamiento de 80dB. Además este vecino no vive en el edificio, vive fuera de España y alquila el piso a unas inquilinas que han firmado como el resto de vecinos que el teatro no supone ninguna molestia. "Hemos hablado con él pero se empeña en mantener su denuncia, a pesar de que hemos hecho todas las reformas posibles para reducir las molestias. No ha querido cambiar su postura desde hace 2 años, y sigue sin hacerlo."
"La gravedad de esta situación viene generada por la irresponsabilidad y la falta de sensibilidad que supone crear y aplicar una normativa que no tiene ninguna ciudad de España, y que es imposible de cumplir por ningún recinto, excepto los de nueva construcción.
Al parecer, algunos responsables del ayuntamiento reconocen la necesidad de modificar esta normativa en estos años (desde 2011) pero no se ha hecho, lo que lleva a un callejón sin salida, por exigir que se cumpla, siendo imposible dando lugar al cierre de un teatro con las consecuencias que eso conlleva."
Se trata de un cierre administrativo y los responsables del teatro han presentado medidas cautelares al juez, dejando hasta mañana para que este de una respuesta y se revoque posiblemente la situación. El importe por las entradas de todos los espectáculos que se hayan comprado con antelación se devolverán íntegramente a los usuarios.
"Debemos reconocer que por parte del Ayuntamiento de Madrid hemos tenido toda la comprensión, excepto de Medio Ambiente. Ellos mismos nos han reconocido que ya no aplican esta normativa a no ser que algún vecino se queje"
Una posible solución, según comenta Carlos López, es que el Teatro Nuevo Apolo entrase en un censo de 2011 que los propios directivos del teatro han descubierto dentro de la normativa al que se acogen las salas de música en vivo como Café Central o la Sala Galileo, que no cumplen la normativa. Todos ellos se acogen a una disposición transitoria. "Hemos descubierto por nuestra cuenta este censo hace tres días y vamos a intentar entrar en el. No sabemos cuánto tardaremos," afirma López.
Jesús Cimarro por su parte ha reconocido: "Hay muchas contradicciones, ya que a un edificio de Maxima Protección no se le puede aplicar una normativa de 2011. Lo más importante es que nuestro asociado cumple con toda la normativa, y no supone ningún peligro desde el punto de vista de protección y seguridad. No entendemos como se ha producido este precinto. Por parte de la asociación de productores estamos apoyando al Nuevo Apolo y estamos trabajando para que no se cierre."
Según ha comentado el director de Summum, ya habían tenido problemas antes. "Este es el cuarto precinto, todos los anteriores los hemos resuelto y este también lo resolveremos."
"Este teatro ha llenado 180.000 butacas el año pasado, ha generado mucho empleo, y continua trayendo gente a este barrio. Damos trabajo, hacemos prosperar la ciudad pero en Medio Ambiente son fríos como la patena y les da igual los argumentos que hemos presentado."
Jesús Cimarro ha afirmado que "a veces una norma no se puede cumplir porque las personas que la han hecho no conocen todos los detalles. Por eso existen las disposiciones transitorias, cuando los expertos dicen lo contrario. Al Teatro Nuevo Apolo le ha tocado vivir un período de transición difícil, en estos momentos en que no hay ayuntamiento."
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