Son las 19:30h en el Teatre Poliorama de Barcelona. La maquinaria de la siguiente sesión está en marcha y los primeros espectadores esperan en el hall del teatro. Algunos deciden dónde se colocarán en la próxima función ante las taquillas, otros simplemente pasean por el espacio. Entre ellos aparece Elisenda Roca, va hablando por teléfono. Tras saludarnos me propone hacer la entrevista en una cafetería situada justo al lado del teatro. Abre la puerta a algunos espectadores antes de salir: «¡Adelante! », les dice. La reconocen, durante muchos años ha sido la cara visible de diversos programas de radio y televisión en Cataluña.
Ahora me toca a mí enfrentarme a su experiencia... la entrevistadora entrevistada. Amable, enérgica, tiene nervio, sin duda sabe lo que quiere... Al menos, antes de empezar la entrevista, un café solo...
Con la resaca del éxito del estreno de 'T'estimo, ets perfecte, ja et canviaré' ¿Cómo te enfrentas desde un primer momento a este "peso pesado" del Off-Broadway?
Vi esta obra varias veces en el 1999 en Barcelona. La encontré redonda, fantástica, un texto y una ironía increíble. Me gustó tanto que cuando acabó aquella primera gira supe que quería dirigir "T'estimo, ets perfecte, ja et canviaré".
A esta producción le he hecho frente, en definitiva, con muchas ganas, mucha ilusión y un equipo de gente que sabía que podía hacerlo realidad en apenas cuatro semanas.
Juega a tu favor el bagaje que esta propuesta ha tenido en Cataluña.
Espero que la gente tenga las mismas ganas de volverlo a verla. En esta ocasión aporto mi mirada de la obra, y espero que la disfruten de la misma manera que lo hice yo en el 99.
De hecho, y con las funciones que llevamos, me esperaba que la gente llenase el teatro. El público tiene muchas ganas de reír y yo de ofrecerles un espectáculo de calidad del que salieran riendo, a modo de terapia musical. La oferta musical en Barcelona contrasta con producciones de gran formato, como las que pueden verse en ciudades como Madrid, con calidad, aunque en vez de 20 artistas haya cuatro, como en este caso. No me gusta referirme a estos espectáculos con la etiqueta de "pequeño formato" solo porque sean montajes más pequeños.
Una oferta que apuesta por las producciones musicales, por la comedia. ¿Cómo ves el panorama escénico en Cataluña, a pesar de la coyuntura?
Se está produciendo una gran reacción, no solo por parte de los creadores, que ofrecen montajes de gran calidad donde se muestra una eclosión de diversas emociones. El artista arriesga más que nunca, pero a su vez el público premia este riesgo y este fuerzo y va al teatro.
El maltrato que ha recibido la cultura ha encontrado respuesta en el público. Esto se puede ver en los "sold outs" de los diferentes escenarios de Barcelona. Es una señal clara de que la gente no se resigna a esa subida impositiva del IVA cultural, un hecho que en países como Francia no pasa, no graban a la cultura de esta manera.
En cualquier caso, el teatro específicamente es un arte muy efímero, cada función está viva, nunca es igual una a otra.
¿Falta una mayor respuesta de la plana artística del país a este contexto económico?
Tiene que haber una comunión entre artistas y público. Últimamente, por ejemplo, está habiendo una gran colaboración a través de las donaciones populares (crowdfounding) y hay que potenciarlo. La cultura nos distingue de otros seres vivos, distingue un país, lleva consigo una identidad. Algunos utilizan esta identidad para hacer política y es un error, porque hace que no encuentren la cultura útil y se permiten dañarla. Quienes permiten esto no entienden nada, son una gente peligrosamente ignorante.
¿Qué línea crees que seguirán las políticas culturales a paritr de ahora, teniendo en cuenta que la cultura ha estado historicamente maltrecha en nuestro país?
No podemos quedar parados, si hace falta haremos teatro "a la gorra", como en Argentina. Por otro lado, hay que organizarse, con las mareas que hagan falta, ahora más que nunca. En parte esta fue la razón por la que volví al teatro, porque nos tenemos que unir para promocionar los buenos espectáculos que se están haciendo. Unas funciones que luego el público agradece, sale satisfecho y es tremendamente gratificante.
Ejemplo de ello es "T'estimo, ets perfecte, ja et canviaré", en el cual planteas la tarea de devolverlo a los escenarios catalanes en un momento personal propicio. ¿Cómo llevaste las riendas del proceso?
Explicando muy bien lo que quería y reuniendo a toda la gente que ha intervenido en el proceso de organización y producción del espectáculo: Joan Maria Segura, Paula Bonet (escenografía), Andreu Gallén (dirección musical y piano), Víctor Pérez (violín)...
Por otro lado, quería contar con cuatro valores seguros, como son Mercè Martínez, gran actriz, gran cantante, generosa en el escenario... Me hacía gracia que retomase la obra tras haberla representado en la primera gira; Muntsa Rius, que venía de hacer "Follies" y quizá es más conocida por su papel como cantante. En su caso quería que demostrase que es también una gran actriz, además de una gran intérprete. Por otra parte, estaba enamoradísima de Jordi Vidal tras verle en la producción "Black Rider" y "Mon Brel", en el Teatre Almeria. Y Frank Capdet me hizo un regalo, porque se lo propuse y mientras él se encontraba en la gira de "La Bella y la Bestia". Finalmente pude contar con él y sus ganas de tirar el espectáculo adelante.
Ni preparado este encuentro hubiera quedado tan casual. La puerta del café se abre, entra Muntsa Rius. Tras presentarnos, Elisenda la aparta momentáneamente de la escena con un «justo ahora estábamos hablando de ti, vete para allá a tomarte algo». Su "batuta" también vale fuera del escenario, al menos aquella tarde.
Conté con los primeros cuatro nombres que tenía en mente al montar el espectáculo. En el caso de Andreu Gallén, le conocía de su trabajo en "La vampira del Raval" y de seguida me entusiasmó su frescura, calidad, juventud, sus ganas. Y con él vino Víctor Pérez.
En una conjunción que ha destacado en el escenario
Se nota la complicidad, en parte porque han trabajado muy juntos, como un bloque.
Y enmarcados en una escenografía creada codo con codo con Paula Bonet.
Me entusiasmó su trabajo desde el primer momento. Hablé con ella y se apuntó de seguida, aunque ella me advirtió que era especialista en retratos, no tanto en paisajes o escenografías teatrales. Le respondí: "yo te explicaré lo que quiero y nos entenderemos bien". Y efectivamente nos entendimos a la perfección. Creo que no será la última vez que trabajemos juntas, fíjate lo que te digo.
Personaliza la imagen externa del musical de la misma manera que has querido personalizar en los personajes la escenografía.
Al público, si le sugieres todavía fuerza más la imaginación. No me hacía falta mucho más. La gente no sólo lo está entendiendo muy bien, sino que lo aprecia mucho, porque se ve algo muy trabajado junto con la iluminación de Quim Gutiérrez, que sabe pintar muy bien de luz el escenario.
De momento hasta el 28 de abril...
De momento. Esperemos que el público siga pasándolo bien. Que salgan sonrientes y felices, es el mejor regalo que pueden hacerme.
Unos cuantos buenos titulares (Elisenda sabe mejor que nadie que un medio agradece la "chicha" en las respuestas), buen sabor de boca (en parte también por el zumo natural que estoy tomando) y una conclusión clara: las ideas de Elisenda son difíciles de derrocar.
Llega el relevo, quiero hablar con Muntsa Rius y con Mercè Martínez. Mientras acabo de despedirme de Elisenda, ambas charlan con otros miembros del elenco en la barra. Mercè comenta que hace días que no consigue bajar su fiebre. Ni deja de trabajar, ni se le borra el humor ni la sonrisa. La complicidad con sus compañeros no se lo permite.
Empezamos la entrevista bromeando. El ambiente y la visible buena relación entre Muntsa y Mercè dan pie a ello.
Volvéis a coincidir en el escenario tras el montaje "Amants". Ambas volvéis al musical, y en el caso de Muntsa también a la comedia. ¿Cómo ha sido retomar ese contacto?
Mercè: Estamos muy contentas de compartir escenario. Ella está como una cabra y yo también, así que ¡perfecto!
Muntsa: Me encanta. De hecho, ¡parecemos novias y todo!. (risas)
Obra que ofrece a través de diferentes "flashes" escénicos imágenes de la vida amorosa de las personas. ¿Qué momentos destacaríais de vuestra bagaje "romántico"?
Mercè: Me veo reflejada en la escena de los padres primerizos. Me siento como el amigo de esa pareja, aquel que de repente nota que sus amigos se convierten en marcianos...
Muntsa: Es cierto. Cuando tienes un hijo te abduces totalmente. Hablas raro, agudo... dejas de ser tú. Vienen los amigos a casa y te preguntan «¿estás bien?» Y tú, con una pinta de lo más desaliñada, contestas: «¡sí, estoy muy contenta!... » (ríe)
Mercè: También me veo en la escena de "no hay mercado de hombres solteros", porque es la verdad...
Muntsa: Y también en el reflejo de la gente de ciudad, siempre ocupada... hoy en día vamos tan ocupados de aquí para allá que realmente es difícil acabar con alguien.
Mercè: Ahora vamos a los extremos. Tienes demasiado tiempo porque no tienes trabajo o estás absorbida por el trabajo porque tampoco lo quieres perder, por lo que no hay tiempo para citas, ni para quedar con amigos...
Y el momento de la primera cita está también muy bien reflejado en la obra. Aquella escena patosa, en la que intentas quedar bien, todo te sale al revés y acabas pareciendo un imbécil...
Muntsa: ¿Ves? De eso ya ni me acuerdo
Mercè: Pero es igual, no se trata de la cita de cuando eres adolescente, sino de todas las primeras citas... se repite cada vez que lo intentas con alguien, es horroroso. Te sientes muy vulnerable.
Después de representar "T'estimo, ets perfecte, ja et canviaré" hace 13 años, ¿recuerdas sentir las mismas sensaciones que ahora?
Exactamente las mismas. 13 años después no ha cambiado absolutamente nada (risas).
Una de las virtudes con las que Elisenda Roca te define es "generosa en el escenario". ¿Te sientes obligada a serlo más, teniendo en cuenta que ya has conocido el texto y la producción?
Mercè: Cada vez intento dar lo más que puedo de mí. Muchas veces hasta la extenuación (risas). Ahora, por ejemplo, estoy mala y antes de dejar de subir al escenario dejaré de hacer otras cosas. Forma parte de mi naturaleza, no sé hacerlo de otra manera. No tiene nada que ver con que haya interpretado la obra antes o que tenga un nivel de exigencia mayor o menor.
Muntsa: Además, es una obra muy agradecida de hacer. Recuerdo que una de las frases que marcaron mis inicios en el teatro es que "no puedes ponerte malo". E incluso recuerdo en más de una ocasión empezar la obra mala, y acabarla bien.
Mercè: Luego en casa estabas tres veces peor... (risas)
Muntsa: Per a mí me curaba. Creo que son tantas las ganas de ponerte bien y representar la obra que casi te curabas. De hecho, la figura de los covers, aquellos actores que te sustituyen si estás malo, es muy nueva, antes no existía.
Mercè: E incluso ahora va desapareciendo, porque las producciones van menguando.
Un esfuerzo que el público recompensa y disfruta. Parte de los ingredientes de ello es el tándem que representáis los cuatro actores en el escenario. En el caso de Muntsa se añade de nuevas a la producción. ¿Cómo fue esa toma de contacto con el texto?
Muntsa: Yo estoy contentísima. Hace 13 años me quedé a la puertas de representar "T'estimo". Tenía que hacer de cover de los dos personajes femeninos pero me quedé embarazada de mi primer hijo y me quedé con las ganas. Me hacía muchísima ilusión entonces y ahora lo he podido hacer realidad.
¿Cómo definiríais esa conjunción de los cuatro actores en el escenario?
Muntsa: Incluso viniendo de procedencias diferentes, no nos hemos sentido en ningún momento como extraños, tenemos una admiración mutua y nos ha parecido fantástico coincidir. Todos tenemos escenas con todos y nos encontramos a gusto en todo momento.
Mercè: Yo los conocía a todos. Incluso Jordi estaba en mi misma promoción de l'Institut del Teatre.
¿Cuál es el papel que creéis que deben tener los artistas en la escena cultural, teniendo en cuenta que vivimos un contexto que no le es favorable?
Muntsa: Es importantísimo conservar la ilusión. Nosotros, por ejemplo, nos hemos constituido como una cooperativa. Percibimos un porcentaje del taquillaje, pero no tenemos sueldo. Es cierto que es volver a los inicios... pero es o hacerlo así o no hacerlo.
Mercè: En este sentido, hay que intentar que no pare la máquina... porque si paras es muy difícil volver a engancharte. En este caso, todos confiábamos en el proyecto y lo llevamos adelante.
Una confianza que os devuelve el público. En parte porque busca consumir cultura, en este caso, más concretamente, busca comedia.
Muntsa: Lo tengo clarísimo. La gente necesita un paréntesis momentáneo para mantener la cabeza distraída de preocupaciones. La cultura, a la vez, alimenta el espíritu, hay una comunicación, sensibilidad, emociones que te llegan, que alimentan el ser humano culturalmente y como personas. Me gusta creer que la gente asidua al teatro van siendo cada vez mejores personas, ya que despierta en ellos una sensibilidad, como el respeto por el trabajo de los actores, etc.
Mercè: A veces que en este mundo es fácil perder la perspectiva. Cuanto más mediático eres, más expuesto estás a críticas. Ejemplo de ello fue cuando presenté las campanadas de 2012 para la televisión catalana. Cometí el error de buscar en Twitter lo que se había dicho de mí ¡y casi me da algo! (ríe). Había muchas críticas, no tanto a mi trabajo sino ataques a nivel personal. Estas situaciones te hacen perder la perspectiva de por qué estás en esta profesión... como aquellas ideas iniciales de que ayudas a la gente al explicar tus historias, el público se identifica con ellas y llegas a esa catarsis que ayuda a remover cosas personales en los espectadores.
A los pocos días, una señora que me acercó por la calle y me dijo: «No sabes lo que me has ayudado» (refiriéndose a mi trabajo en diversas series de la televisión catalana). Me tiró unas flores fantásticas sobre mis papeles, mi sensibilidad... Son situaciones que te reconcilian con la profesión, vuelves a encontrar un sentido a lo que haces. Y en el caso de esta obra, en un momento en el que la gente lo pasa verdaderamente mal, ves que el público, durante una hora y tres cuartos, pierde el mundo de vista y están ahí, viviendo el ahora y el aquí y pensando solo en pasarlo bien. Para mí, con esto, la obra adquiere todo su sentido.
Y en este caso, no es nuevo que épocas que crisis surjan propuestas musicales
Muntsa: Espanta las preocupaciones. Me gusta pensar en el teatro musical, no como una modalidad en la que los actores, actúan, bailan y además cantan, sino en un complemento para expresarte. Allí donde dejas de poder expresarte con palabras, cantas. Me gustaría poder aplicarlo aquí.
Una manera de explotar todos los medios de expresión del artista
Muntsa: En este caso no bailamos mucho, solo hacemos ver que lo hacemos (risas)
Mercè: Si que en época de crisis es cierto la cultura de género. Es lo que la gente quiere.
Risas para el público, pero que tampoco falten entre el equipo (aunque fuera de escena durante la entrevista, buena parte del elenco está en el bar). La charla con Muntsa y Mercè acaba, interrumpida en varias ocasiones por risas sonoras, sinceras, de ambas. También interrumpida por espectadores que quieren saludarlas, hacerse fotos con el equipo... Es difícil no trasladar este ambiente al escenario. Y más difícil aún es que el público no se contagie de él.
Calurosos y cercanos al empezar y al despedirnos. Entretanto Elisenda no permite que pague mi zumo de naranja natural. «Yo sé lo que son los inicios», me dice. Y espero que, en el caso de "T'estimo, ets perfecte, ja et canviaré", el "final" quede lejos. Lo que la gente quiera.
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