He tenido abandonado el blog las últimas semanas debido entre otras muchas cosas, a los premios que se nos vienen encima y que tantas ganas tengo de disfrutar. Ya escribiré largo y tendido sobre la excitante aventura que cada año nos absorbe por estas fechas. Pero entre nominable y nominable y otras labores de supervivencia más mundanas, he cometido la temeridad de lidiar con oficinas de prensa y representantes de artistas de la Gran Bretaña. ¡Cómo desaprovechar la oportunidad viviendo en la tierra de los musicales!
No ha sido tarea fácil pero tras varias semanas -por no decir meses- de cordiales negociaciones, y mucho insistir por parte de este humilde reportero, conseguí que Madalena Alberto accediera a ser entrevistada por BroadwayWorld Spain en su paso por Bristol con la gira del musical que protagoniza, Evita. Sin duda era una ocasión excepcional para entrevistar a una auténtica diva del musical a nivel internacional. Aún recordaba la excitación y el nerviosismo que experimenté justo antes de entrevistar a Susan Egan el pasado año en Madrid.
La euforia se adueñó de mí al conseguir un sí por parte de la oficina de prensa de Madalena -, pero todo se fue al garete cuando comprobé que yo tenía otro compromiso -llamado trabajo- a la misma hora que la que me habían reservado para la entrevista. Por desgracia, y según imaginaba, La Alberto no estaba disponible a ninguna otra hora ningún otro día. Así que me tocó mover Roma con Santiago o Bristol con todo el Sureste inglés para estar disponible para la entrevista. ¡Finalmente lo conseguí! No sin llevarme una pequeña bronca, pero quien la sigue... En esta vida hay que ser pesado para lo que verdaderamente nos interesa porque nadie va a serlo por nosotros. Tutto aposto, como dirían los italianos. Además me habían reservado dos entradas para el estreno de Evita en Bristol el lunes, un día antes de la entrevista. ¿Qué más se puede pedir?
Aquel lunes en el que vi por primera vez Evita sobre los escenarios fue glorioso ¡iba a ver uno de los musicales que siempre había soñado con ver sobre las tablas!, sin embargo cuando la amable y cordial jefa de prensa me dio el programa de mano. "El papel de Evita sería interpretado aquella noche por Hannah Grover" en vez de Miss Alberto que al parecer no se encontraba bien. Una pena perder la oportunidad de verla sobre las tablas... Pero qué se le va a hacer... Por suerte pude invitar a la compañera de trabajo que me había cambiado el turno para poder acudir a la entrevista. Antes de ver un musical en gira por provincias, hay que estar muy mentalizado de que uno no debe esperar grandes sorpresas... se trata de producciones conservadoras de espectáculos que gustan a todo el mundo. Sencillitos y sin mucha parafernalia. Así es esta Evita que musicalmente tira de sintetizador, aunque no renuncia a gran parte de la orquesta. En lo único que pudo lucirse fue en coreografías ya que hasta el vestuario y la capacidad actoral y el casting -creo que he visto al Perón más joven y cachas de la historia- frustraron mis ansias de pasión y lujo.
La cuestión es que tras la experiencia de ver uno de los musicales de mi vida -lo reconozco tengo mal gusto- y unas cañas con mi amiga, me marché a casa deseando sentarme frente el portátil pensando en redactar la mejor entrevista que Madalena se habría echado a la cara. Pero mi sorpresa cual fue mi sorpresa cuando encontré un correo de la amigable jefa de prensa -la única simpática hasta el momento- en la que me comunicaba que Miss Alberto estaba "unwell" y que no podría realizar la entrevista al día siguiente. Todo mi plan y mi trabajo -digno de cualquier asistente personal de Miranda Priestly- a la basura por la enfermedad de la estrella. High Flying Adore.
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