Llegamos al Lope de Vega, su casa durante los últimos dos años y medio y el teatro del que se despedirá dentro de un par de semanas. Nos recibe un Esteban Oliver nervioso, pero feliz, sonriente, expectante... Nuestra profesión tiene momentos mágicos como éste: un ratito de conversación con Zazú, unos días antes de que emigre a Broadway...
BroadwayWorld Spain: ¿Cómo es tu reacción el día que llega Thomas Schumacher (Presidente de Disney Theatrical) y te dice que quieren que te vayas para Broadway?
Esteban Oliver: Todo empezó el día anterior cuando Marcel, el Company Manager de aquí me dijo que Thomas Schumacher quería hablar conmigo, imagínate esa noche. Yo había tenido una reunión con Stage porque estaban buscando un cover para Scar y pensaba que tendría que ver con ese asunto. No veía necesario que viniera el presidente de Disney para eso, pero bueno, si era su metodología... (risas). Al parecer Thomas Schumacher entró como una exhalación en el teatro antes de la función y dijo que quería ver a Esteban Oliver. Todo el mundo buscándome y yo ya con la cara azul, claro. Nos fuimos al camerino de la directora residente y empezó a decirme que estaban encantados con mi trabajo, que era una maravilla cómo movía el puppet, que él y Julie Taymor habían estado hablando de mí... y finalmente me comunicó que querían que fuera Zazú en Broadway, en el Minskoff Theatre, pero que no podía decir nada a nadie de la compañía, imagínate esos días. Todo el mundo me preguntaba por la conversación con Thomas Schumacher y yo les decía que simplemente quería felicitarme por mi trabajo. Se lo dije, eso sí, a mi pareja, a mi madre y a mi padre. Mi padre falleció hace cuatro meses, pero por lo menos llegó a saberlo. Mi madre al principio no paraba de preguntarme cuándo lo podía contar y ahora ya no puede salir ni a por el pan allí en mi pueblo, en Buñuel (risas).
BWW: Ahora ya has tenido tiempo para reposar la noticia, ¿te lo crees ya?
E.O.: Ya me he echado mis lloros y todavía lo veo como algo raro. No me visualizo allí: levantarme por la mañana, hacer la compra y luego irme a Time Square y entrar por la puerta de actores y decir: "Hello"... Lo veo como algo extraño, todavía pienso que en la aduana me van a decir: "¡tú no pasas!" (risas).
BWW: ¿Qué esperas encontrarte en Nueva York?
E.O.: De alguna forma, espero encontrarme lo mismo que aquí. Todos tenemos idealizado Broadway, pero yo, precisamente por el lado pragmático que tengo y que me hace tirar para abajo, espero encontrarme lo mismo, lo que pasa que será en un entorno diferente y con gente distinta, pero en todos los sitios cuecen habas... Voy a estar muy sereno y muy frío porque me lo voy a tomar como un aprendizaje más. En el momento en que cruce las puertas del teatro, para mí será como si fuera el Lope de Vega, lo único que cambiará es el idioma. La historia y el sentimiento siguen siendo los mismos.
BWW: ¿Has empezado ya el proceso de desvincularte del Zazú español y vincularte al americano?
E.O.: No creo que tenga que desvincularme. Zazú es bilingüe y ahora emigra a un país un poco más frío. No creo que cambie nada salvo el idioma. Zazú seguirá siendo el mismo ser leal, entrañable, amigo, un poco quisquilloso...
BWW: ¿Cómo te llevas con Zazú después de dos años y medio?
E.O.: Me llevo muy bien, le tengo mucho cariño. Temo el día que esto se acabe. Es como cuando tienes una mascota. Yo cada día, cuando acaba la función y tengo que dejarle, le doy un beso. Ahora en Broadway no utilizaré el mismo puppet, tendré a su primo (risas). Ojalá me lo llevara porque siempre se crea un vínculo, pero Zazú será el mismo.
BWW: Cuando uno se va tan lejos, ¿piensa en algún momento en el regreso?
E.O.: Claro que sí, mi vida está hecha aquí. Este trabajo no te permite mirar a largo plazo, así que ahora mismo me estoy centrando en una experiencia que aún no sé si será corta o larga. Pienso aprender al cien por cien, aunque me fuera sólo un día. Yo el día que baje el telón y haya estrenado, primero soltaré el puppet para que no se rompa, y después me tiraré al suelo y me pondré a llorar como una magdalena.
BWW: ¿Qué es lo que vas a echar de menos de España?
E.O.: Todo. Yo he vivido siempre aquí. Aunque no sé si me va a dar tiempo a echar esto de menos a no ser que la cosa se alargue, pero en principio creo que voy a estar tan concentrado en el trabajo que el tiempo va a pasar volando y no me voy a enterar. Yo me exijo muchísimo y me voy a concentrar en hacer un trabajo brillante.
BWW: ¿Y del Lope de Vega qué vas a echar de menos?
E.O.: Tengo mucho cariño a este teatro. Yo aquí empecé con El Fantasma de la Ópera y tenía muchas ganas de volver, porque he estado muchos años en el Coliseum y tenía ganas de volver al Lope de Vega. Forma parte de mi carrera, estar en la Gran Vía es un sueño. Estas paredes me han visto crecer como artista y les tengo un cariño muy especial y lo voy a echar mucho de menos.
BWW: Llevas 14 años trabajando en este mundo de los musicales. Después de tanto tiempo, ¿uno deja de aprender y de sorprenderse?
E.O.: No, eso no se puede hacer. El día que dejes de sorprenderte es mejor que lo dejes. En esta profesión se aprende día a día, sobre todo de los errores. La gente me pregunta que si no me canso de hacer siempre lo mismo, pero es que no es lo mismo, aunque lo pueda parecer. Hay una diversidad de formas de hacer las cosas y el feed back es cada día distinto. El público al final es un personaje más de cada función y eso lo sientes noche tras noche.
BWW: Antes hablábamos de lo que esperas encontrarte en Broadway, pero ¿cómo crees que dejas los musicales en España? ¿Hacia dónde van?
E.O.: Se dice mucho eso de que los musicales están de moda. Es una pena que no se diga que el musical en España está totalmente consolidado. Llevamos ya muchos años y lo que se necesita son más títulos, más teatros y más gente dedicándose a esto. La gente que se está formando, ¿a dónde sale? Hay mucha inquietud por parte de los futuros artistas pero no tienen la oportunidad. El musical no está de moda, está intentando luchar por hacerse un hueco más grande.
BWW: Tuve el honor de entregarte un Premio del Público BroadwayWorld Spain en 2012, ¿vamos a por los Tony?
E.O.: (Ríe). Pues fíjate que me hizo mucha gracia cuando me mandaron el contrato de Nueva York porque una de las cláusulas era que si había que hacer algo en los Tony estaba obligado y ¡me encantaría!
BWW: Sólo nos queda desearte todo lo mejor en esta nueva andadura que empiezas: con los ensayos, con el estreno, con todo... y que nos eches un poquito de menos.
E.O.: Claro que sí, cuenta con ello, muchas gracias por todo y hasta muy pronto.
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