Quique González, Lucía Peman, Jan Buxaderas e Isabel Pera cuentan cómo viven el éxito de este musical en la nueva versión de SOM Produce.
Esta temporada el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid se ha convertido una vez más en el Instituto Rydell con la nueva producción de GREASE, de la mano de SOM Produce. A diferencia de las anteriores versiones, en este caso el musical cuenta con un reparto joven, en la edad de los personajes que interpretan. Sus protagonistas, Quique González (Danny, 18), Lucía Peman (Sandy, 20), Isabel Pera (Rizzo, 19) y Jan Buxaderas (Kenickie, 21) viven esta experiencia cada noche sobre el escenario, para la cual se han estado formando y preparado durante dos años y medio. "Después de todo el tiempo que llevamos trabajando en este proyecto, nos llena muchísimo ver al público tan feliz, incluso con las mascarillas y todo," comenta Quique.
Los cuatro recuerdan que en cada representación de GREASE el público ha salido entusiasmado con esta versión. "Desde la primera función, la gente chillaba, fue una locura," recuerda Jan. "En la primera escena en que usamos el giratorio para hacer la primera intervención yo estoy de espaldas, y la primera vez que escuché ese furor me emocioné tanto al pensar "Ya estamos aquí," cuenta Lucía. "Yo creo que es lo que nos levanta todos los días. Escuchar esos aplausos, nos motiva a seguir adelante y es maravilloso."
David Serrano es el responsable de esta nueva adaptación y de la dirección de este equipo. Gracias a él, los cuatro han descubierto detalles de estos personajes icónicos, una vuelta de tuerca en estos roles que están el imaginario colectivo. "Creo que hay una misconcepción con la idea de que Sandy sea inocente y dulce y se confunde con que sea tonta," comenta por ejemplo Lucía, que da vida a este papel que todos recordamos por Olivia Newton-John en la película. "Ella tiene las ideas claras, y es una chica que no se va a dejar pisotear por nadie."
Al igual que ella, Jan se ha encontrado con algo nuevo en el papel de Kenickie. "Se le ha pintado siempre como el malote del grupo," comenta el actor catalán, "pero eso no está escrito en ningún sitio en el guión, es una cosa del doblaje en español, que le pusieron una voz grave. Pero analizándolo, Kenickie vive por y para el grupo, los T-birds son su familia, y siente un amor desbocado por Rizzo, aunque no lo sabe expresar porque es así de garrulo. El es un punto de unión en el grupo."
Desde el anuncio del casting en 2019, esta idea novedosa de rejuvenecer el musical y darle una nueva vida llegó como una gran sorpresa para todos ellos. "Vi el casting en BroadwayWorld, y justo yo me graduaba ese año, tenía intención de irme a estudiar Teatro Musical a Londres," cuenta Lucía. "Fui a por todas, y más cuando nos ofrecían lo que nos ofrecían, que era una formación becada, super completa, y luego si nos lo tomábamos en serio, la posibilidad de hacer un musical profesional en Madrid."
"Era una oportunidad, un casting para una edad tan joven y no para hacer del hermano pequeño," recuerda entre risas Quique. "Aunque cuando vi que la primera prueba era de baile ahí pensé "Hasta luego, Lucas". Pero soy muy partidario de hacer todos los castings, hay que ir, que te vean y te conozcan. Pero les encajé y ahí estoy, encantado."
Isabel, que por aquel entonces se estaba formando en la Escuela de Artes Escénicas de Coco Comín en Barcelona, recuerda: "No me lo creía, porque hemos tenido interiorizado durante tanto tiempo que GREASE se hacía con gente de 25 para arriba, que la primera vez que te lo cuentan impacta, pero creo que es super necesario. Porque la gente cuando viene a ver la obra se encuentra con esta energía y es una maravilla."
El proyecto tenía previsto levantar el telón en octubre de 2020 pero la pandemia trastocó los planes de todas las producciones, incluyendo este equipo que ya había empezado a formarse en la Escuela de GREASE. "Fue duro, porque yo pensé sinceramente que no haríamos el musical," recuerda Isabel. "Yo era consciente de la situación que estábamos viviendo," comenta Lucía, "tenía los pies muy en la tierra de que había que estrenar bien, con un buen aforo, para cubrir los costes."
"Este año de pandemia nos ha servido de mucho y nos ha venido muy bien a todos para mentalizarnos del trabajo que teníamos que hacer aquí," cuenta Quique. "A mi personalmente me ha venido muy bien porque he estado yendo todas las tardes a clases de baile. Ha sido muy útil tanto a nivel personal, como profesional, y psicológicamente, para afrontar un trabajo así."
El caso de Jan ha sido muy diferente porque el actor catalán pasó por una operación que le iba a dejar fuera del proyecto. "Me tenían que operar de un edema en las cuerdas vocales. Durante la recuperación me llamaron en marzo de este año para incorporarme a ensayos y volver. Fue una gran noticia por esta segunda oportunidad, a veces es cuestión de suerte."
Para Quique y Jan esta no era la primera experiencia profesional ya que además los dos habían hecho otro título, SONRISAS Y LÁGRIMAS, dirigido por Jaime Azpilicueta, con SOM Produce precisamente, muchos años atrás, uno en Madrid y otro en Barcelona. Pero este es el primer protagonista para los cuatro. "Hay que ser super responsable, comprometerte al 100 por 100," remarca Quique. "Luego mira el resultado, ver que con 18 años estás haciendo un protagonista en GREASE, es un sueño."
Los cuatro coinciden en que detrás del telón y sobre el escenario del Nuevo Alcalá hay una gran familia, un equipo que disfruta en cada función de GREASE y con el que se sienten arropados y apoyados. "La escenografía, las luces, las voces, es otra cosa aparte," comparte Isabel. "Pero lo bien que nos lo pasamos sobre le escenario y lo que nos queremos, hace que valga la pena esta profesión."
"Si te encuentras con alguna dificultad aunque sea personal, o profesional, si tienes a gente que te está apoyando y notas eso alrededor tuyo, te creces mucho más," cuenta Lucía. "Un actor que disfruta y que no tiene miedo, es un actor que triunfa."
Todos ellos tienen una gran carrera por delante y esperan encontrar los ingredientes de esta producción en cada obra de la que formen parte de ahora en adelante. "Pensar que te subes al escenario cada día con tu familia, con tus amigos con los que llevas compartiendo dos años y medio es un lujo," comenta Quique. "Tenemos una energía de grupo, algo que hemos estado cocinando a fuego lento, y eso lo hace único. Ojalá lo tenga en otras producciones."
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