Londres. Seis y pico de la tarde. Día de lluvia. Amigos. Dos bolsas de Tesco llenas. Provisiones preparadas para eso llamado "Netflix & Chill", es decir, utilizar la plataforma digital de streaming como excusa para arrojarse hacia una sobredosis de hidratos de carbono, grasas saturadas, azúcares refinados y alcohol barato.
Pero yo, lejos de sentirme culpable, he tratado siempre de darle otra perspectiva al asunto: La de compartir con mis amigos ingleses nuestros productos patrios en el sentido más audiovisual de la palabra. Uno pedagogo, casi un evangelizador. Así suena mejor ¿No?
De Almodóvar a Medem. De La Casa de Papel a la De las Flores. Y, por supuesto, desde Paquita hasta la que hoy nos disponemos a ver, ese pequeño tesoro musical de Los Javis rebautizado para el público anglosajón como "Holy Camp" que nosotros acostumbramos a llamar simplemente "La Llamada".
Dos horas más tarde, con la película terminada y tras dos (o tres) botellas de Prosecco, la filosofía y el periodismo brota de nuestros poros y, como Garcí en sus mejores tiempos, (pero sin tabaco) surge el debate. Y el asunto de hoy es:
¿Funcionaría La Llamada en Broadway?
Lo confieso, soy un fan incondicional de La Llamada. Cierto que más de La Llamada en vivo y en directo que de su versión cinematográfica, pero sí, en definitiva muy fan de la idea en general y, por lo tanto, bastante comprometido con la causa de divulgar "Las Bienaventuranzas" del formato.
Sin embargo, entre lo que a partir de este momento denominaré como "Consejo de Sabios", esta noche se encuentran algunos auténticos devoradores de musicales, por ejemplo Mark tiene como tradición visitar el Her Majesty´s Theatre para ver el Fantasma de la Ópera cada año para celebrar su cumpleaños, por lo que la criba se plantea dura, casi como un cordero arrojado a los lobos en una noche de invierno.
Las preguntas básicas vuelan ¿Es un musical? ¿Teatro con canciones? ¿Funcionan los gags? ¿Funciona la banda sonora? y lo que parece más importante ¿Traspasa fronteras el mensaje conciliador y pro diversidad?
Todos nos hemos reído. Todos nos hemos divertido. Todos hemos dicho "venga ya" cuando surgen esas escenas encajadas con calzador desde su versión teatral a la cinematográfica y que no funcionan en la gran pantalla pero, tras despejar ese balón con una minuciosa descripción de los recursos que el Teatro Lara aporta a cada una de las tramas empezamos a desgranar algunas conclusiones:
Y el veredicto es...
La opinión es casi unánime: It´s a blast!
Estamos seguros de que una adaptación del formato para salas de pequeño y medio aforo en los circuitos del off - broadway / west end no sólo sería un éxito, sino además un puente entre culturas que daría un paso más hacia la, ya de por sí favorable, recepción de productos patrios.
Y entonces viene la ronda de ideas, posibles salas, actores y actrices en los que podríamos vislumbrar a esas María Casado y Susana Romero con la natural referencia a nuestra Ruth Lorenzo, una de las "diosas" de la producción original del Teatro Lara, ex concursante del X Factor británico y muy querida en la capital británica, se menciona hasta una opción inmersiva...
Entonces alguien llega a compararlo con el "Rocky Horror Picture Show" inmersivo del Studio 54, me doy cuenta de que nos estamos viniendo muy arriba y que es el momento de retirar la botella de vino de la mesa....
Javis. Si alguna vez llegáis a leer esto. Tened piedad de nosotros. Atended nuestra súplicas. Evangelizad el mundo. Llevad la palabra de Dios más allá de nuestras fronteras.
AMÉN
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