Unos llegan, otros se despiden, otros vuelven o nos hacen una breve visita, otros giran (traducidos o no), otros se van de bolos, y algunos permanecen. De grande, mediano o pequeño formato, estamos disfrutando de una prolífica temporada en lo que al género musical se refiere. Madrid y Barcelona son, como de costumbre, las sedes más estables de estos espectáculos, aunque cada vez las giras visitan más ciudades y poblaciones.
Empecemos con las despedidas. Domingo 18 de marzo en el BTM de la ciudad condal. Los Miserables sigue haciendo historia. Después de casi 500 funciones y más de 700.000 espectadores desde su estreno en el Lope De Vega de Madrid (2010), la odisea de Jean Valjean para huir del justiciero Javert pone en pie por última vez en España a una audiencia emocionada hasta la médula. Ninguna novedad. Noche tras noche ha sido así. Pero no os preocupéis, que el sueño continúa. Sobretodo para Gerónimo Rauch (Valjean) y Alfonso Casado (director musical), quienes a partir de junio repetirán sendas hazañas en el Queens Theatre del West End londinense. A ellos y al resto de les mis, nuestras más sinceras felicitaciones y profundo agradecimiento.
Una semana antes, última caída de telón de Cop de Rock, musical de la compañía catalana Dagoll Dagom, que ha llenado el aforo del Teatre Victòria con lo que ha pretendido ser un mensaje de admiración y agradecimiento a las bandas que impulsan lo que se ha denominado como rock català desde principios de la década de los 90 hasta nuestros días. El argumento sigue el patrón de Hoy no me puedo levantar, 40 y compañía. Lo dicho, muy efectivo y taquillero. Esperamos nuevas propuestas del grupo liderado por Joan Lluís Bozzo, de quién recordamos con especial afecto Mar i Cel, El Mikado, Flor de Nit, Els Pirates o Aloma, preciosista adaptación de la novela de Mercè Rodoreda.
Sin alejarnos demasiado del Paral·lel pero adentrándonos en el corazón del Raval barcelonés, recorriendo sus callejuelas y callejones es muy posible que nos encontremos con Enriqueta Martí, personaje real que en 1912 secuestraba, prostituía y sacrificaba niños del antiguo Barrio Chino para satisfacer las necesidades eróticas y “terapéuticas” de la alta suciedad (perdón, sociedad) barcelonesa de la época. La vampira del Raval relata la historia de esa mujer en clave de musical burlesque tragicómico. Una de sus principales bazas és la música de Albert Guinovart, mundialmente laureado estos días gracias a su participación en la archipremiada banda sonora de la película The Artist. Su grandilocuente música se ha adaptado a la perfección a un pequeño espacio de apenas un centenar y medio de butacas como el Teatre del Raval. Primero para un mes, luego una primera prórroga y ahora hasta el 30 de abril. A destacar el libreto de Josep Arias Velasco, la dirección de Jaume Villanueva y, sobretodo, la iluminación de Carles Valero y las marionetas de Anita Maravillas.
Algún bolo le queda a Pegados de Ferran González. Espectáculo que se estrenó en el Almeria Teatre (donde hasta hace poco hemos podido disfrutar de Mon Brel, tributo en formato de cabaret inspirado por las canciones del maestro francés). Pegados prorrogó, amplió horarios, giró, hizo temporada en Madrid en los teatros Arenal y Alfil, volvió al Club Capitol de Barcelona (espacio que acoge estos días Som una noció, donde teatro y música se mezclan para explicar la historia de Cataluña) y consiguió un segundo montaje en México. Impresionante trayectoria. Otro planteamiento nos presenta el calendario de Sonrisas y lágrimas, montaje que se prevé será uno de los platos fuertes de la temporada que viene en Madrid. Previamente a su llegada a la capital el próximo mes de septiembre, la familia Von Trapp habrá recorrido ya toda la geografía española desde su estreno en Tenerife el pasado mes de diciembre, capitaneada por el director Jaime Azpilicueta. La gira de giras fue la de 40, o eso opinan los lectores de Broadway World Spain que votaron en la última edición de nuestros premios. Después de compaginar la segunda temporada madrileña con la primera y única barcelonesa durante el año pasado, el musical salió de gira durante este 2012 para terminar la fiesta en el Gran Teatro de Córdoba el 11 de marzo.
Impresionantes también las cifras de El rey león. Nos trasladamos a Madrid para ser testigos del mayor éxito en la historia de Stage Entertainment España. El taquillazo de Disney apenas deja espacio en la Gran Vía para Sabina y sus Más de cien mentiras en el Rialto, musical al que se van incorporando estos días Adrián Lastra, Javier Godino y David Carrillo. Otro que ha pedido permiso a Simba y sus amigos para realizar una breve temporada en el ahora llamado Arteria Coliseum es Grease. Coco Comín dirige y coreografía este montaje, menos ampuloso en escenografía que la versión que hace unos años pudimos ver en el Nuevo Alcalá dirigida por Ricard Reguant. En este caso se usan pantallas y efectos lumínicos para espectacularizar el contenido. Edurne vuelve a interpretar el personaje de Sandy. La acompañan Jordi Coll como Danny, Manoli Nieto como Rizzo e Iván Santos como Kenickie. El espectáculo se estreno en la cúpula de las Arenas, centro comercial en el que se ha convertido la hasta hace un año abandonada plaza de toros de Barcelona. Allí fue visto por más de 80.000 espectadores durante los tres meses que estuvo en cartel.
¿Se puede hablar del Off-Gran Vía? No lo sabemos todavía, pero sí que podemos hablar de alternativas muy interesantes como Tick, Tick… Boom!, musical autobiográfico de Jonathan Larson que ya se pudo ver el verano pasado en el vestíbulo del teatro Lara. En esta ocasión, será el escenario del Arlequín el que acoja está producción de Tela-Katola los miércoles y domingos desde el 14 de marzo. Cuatro funciones para otro espectáculo off: los días 21, 26, 28 y 29 de marzo la compañía enCaminArte representará en el teatro Prosperidad de Madrid Macabaret, musical en el que cinco artistas de cabaret siguen representando sus shows después de muertos. Y de un joven aspirante a compositor a punto de cumplir treinta y cinco muertos que se creen vivos, pasamos a explicar las aventuras de un simpático ratón que protagoniza Gerónimo Stilton, el musical del Reino de la Fantasía. La Latina acoge este espectáculo infantil (que hace las delicias de los mayores) que ya se pudo ver en el Condal de Barcelona. Dirigido por Àngel Llàcer.
Y se hizo el milagro. El teatro público abraza el género musical. Tres teatros para tres montajes. ¡Y qué montajes! Candide, opereta del grandísimo Leonard Bernstein, adaptada a la actualidad por la dramaturga Lillian Hellman y dirigida por Paco Mir realizó cuatro funciones en los Teatros del Canal los días 11, 14, 16 y 18 de marzo. Libreto algo denso y música inolvidable de Bernstein, que se basa en el personaje de Voltaire. Candide viajará en busca del mejor de los mundos posibles y descubrirá maldades y sufrimiento. La Joven Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid dirigida por Manuel Coves y la puesta en escena de Mir (miembro de Tricicle, que volverá en unas semanas, y por segunda vez esta temporada, al Poliorama de Barcelona con Forever Young), así como la decisión de Albert Boadella de volver a programar este montaje que ya se pudo ver en El Escorial, aumentan, si cabe, el atractivo de esta propuesta. Del Canal al Fernán Gómez. El crimen de Lord Arthur Saville ocupa el centro de arte hasta el 15 de abril. Un musical “quiromántico” de los creadores de Rudiggore o la estirpe maldita Egos Teatre. El montaje, que se pudo ver hace unos meses en su versión catalana el TNC (Teatre Nacional de Catalunya), adapta la obra de Oscar Wilde incorporando personajes de otras obras del autor como Lady Windermere o Salomé. Todo ello para explicarnos una cómica historia de amor y misterio que, tras un primer acto que nos presenta extensamente a todos los personajes, triunfa en la segunda parte, con unas deliciosas canciones de Rubèn Montañá y Toni Sans.
Párrafo aparte y mención especial para Follies. Un auténtico regalo para los sentidos. Delicatessen musical que un dios llamado Stephen legó a la humanidad en los primerísimos años setenta. Sondheim visto por Mario Gas. Ése es el regalo que el por poco tiempo ya director del Teatro Español nos ofrece en 2012. Un musical de Sondheim dirigido por Gas: el sueño de cualquier intérprete (cantante, músico, actor, bailarín… todos son bienvenidos) y de todo espectador “profesional”. Dueto que eleva el género a los más altos niveles de excelencia. Reparto para el que aún no se ha inventado calificativo. Impresionantes y maravillosos todos. Vicky Peña, Carlos Hipólito, Muntsa Rius, Pep Molina y, repetimos, TODOS: os merecíais “ser” estos personajes. Y nosotros, público fiel, asistimos felices y orgullosos a esta coronación, a esta celebración que es Follies. Gracias por conferir a los artistas y a los espectadores que han vivido, se han equivocado y han amado la dignidad que se merecen. Gracias por hacernos partícipes de este momento cultural histórico ya desde la primera subida de telón. Follies es un gran musical, pero éste, “nuestro” Follies tiene entidad propia. Gracias señor Mario Gas por compartir con nosotros su pasión por este mundo de sueños donde todo es posible. Gracias.
Y ahora ¿qué nos depara el resto de temporada? Pues más de una sorpresa, eso seguro. De momento los profesionales de nuestro país se ven inmersos en varios procesos de cásting que nos permitirán disfrutar de éxitos pasados como My Fair Lady (donde Stage, Azpilicueta y Paloma San Basilio se unirán de nuevo para reventar taquillas) o La Bella y la Bestia, que realizará la gira que nunca sucedió después de su éxito en Madrid y su posterior estancia en Barcelona. Por otro lado, el género seguirá evolucionando y por fin asistiremos al estreno de un musical con tres componentes muy estimulantes: autoría autóctona, nueva creación y gran formato. Nos referimos a El último jinete, con libreto de Ray Loriga, música de John Cameron, producción de Andrés Vicente Gómez y dirección de Víctor Conde.
¿Qué está pasando, pues? Tres fenómenos muy interesantes y complementarios. Aunque hay un amplio sector del público que ya planifica sus viajes a las dos capitales en función de los montajes que están en cartelera en Madrid o Barcelona, cada vez son más los espectáculos que salen a la carretera y visitan un gran número de ciudades, realizando una segunda (en algunos casos, primera) temporada repleta de bolos. Barcelona se está acostumbrando a recoger el testigo de Madrid en lo que el gran formato se refiere, aunque las plateas de estas propuestas se vacían antes de que termine la temporada. Así grandes títulos realizan estancias que no superan los cinco o seis meses para concentrar el máximo número de espectadores posible en poco tiempo. En cambio, parece que los montajes de pequeño formato y de nueva creación permanecen y encuentran su espacio, haciendo de trampolín a artistas y creadores, tanto a los que ya están consolidados como a los noveles. Finalmente llegamos a Madrid, donde el gran formato está prácticamente asentado y que se abre a nuevas propuestas más pequeñas y alternativas, pero igualmente estimulantes. Además, esta temporada, la producción (y coproducción) se ha visto impulsada por el teatro público con resultados espectaculares a nivel artístico y comercial.
Por lo tanto, esperamos que el 2012 siga sorprendiéndonos con un género que se va afianzando poco a poco, y que sobrevive, a pesar de la crisis, por la ilusión de todos los amantes del musical: creadores, intérpretes y, sobretodo, espectadores.
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