El autor de la ópera Atzimba falleció el 27 de noviembre de 1907.
En el 115 aniversario luctuoso del músico mexicano Ricardo Castro (1864-1907), que se cumplen este 27 de noviembre, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) lo recuerdan como uno de los más importantes compositores y pianistas del siglo XIX, así como el primer sinfonista del país y el que más destacó entre los compositores de su generación en el plano internacional.
Ricardo Castro falleció a la edad de 43 años, siendo director del Conservatorio Nacional de Música. Originario de la Hacienda de Santa Bárbara, municipio de Nazas, Durango, con el nombre de Ricardo Rafael de la Santísima Trinidad Castro Herrera.
Su facilidad para el piano hizo que su familia se trasladara a la Ciudad de México, donde ingresó a los 13 años al Conservatorio Nacional de Música (CNM) como alumno de piano de Juan Salvatierra y Julio Ituarte. Se graduó en 1883, después de las clases de composición con Melesio Navarro.
A los 16 años inició su carrera como concertista y de inmediato ganó un premio como pianista en la Exposición de Querétaro y otro como compositor en la Exposición de Veracruz. A los 19 años, en 1883, finalizó su primera sinfonía titulada Sagrada y luego su famoso vals Capricho Op.1.
Considerado el último romántico del porfiriato, también fue de los primeros artistas en realizar giras artísticas por toda la República mexicana, además de presentarse en escenarios de Estados Unidos y Europa donde alternaba sus recitales con cursos y conferencias magistrales en los conservatorios de París, Berlín, Londres, Bruselas, Roma, Milán y Leipzig.
Valses, polonesas, mazurkas, ópera, música de cámara, sinfonías, un concierto para violonchelo y orquesta -que se estrenó en Amberes, Bélgica-, así como un exitoso concierto para piano y orquesta -el primero escrito en América Latina-, integran, entre otras, el repertorio heredado por Ricardo Castro a la posteridad.
Junto con otros músicos mexicanos, fundó el Instituto Musical Campa Hernández Acevedo, donde impartía clases teóricas y prácticas de piano. Para entonces, era ya reconocido tanto en México como en el extranjero por sus composiciones y su virtuosismo como intérprete.
También fue fundador de la Sociedad Anónima de Conciertos, con la cual estrenó varias obras para piano y orquesta, y de la Sociedad Filarmónica Mexicana, creada para la difusión de la música de cámara.
En 1903, al término de un concierto, el poeta Amado Nervo dio a conocer que la Secretaría de Justicia e Instrucción Pública, encabezada por Justo Sierra, le otorgaba una beca de perfeccionamiento en París, permaneciendo en Europa varios años. Al volver a México, en 1906, fue nombrado director del Conservatorio Nacional de Música.
El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura ha dado amplia difusión a la obra de Ricardo Castro a 115 años de su fallecimiento a través de diversas actividades, como conciertos, cátedras e investigaciones. "Su obra tiene influencia de la música clásica francesa y de Federico Chopin, aunque no son copias, ni se repite a sí mismo", considera Aurea Maya, investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Música Carlos Chávez (Cenidim) del Inbal.
Castro compuso Atzimba, primero como zarzuela y luego convertida en ópera por el propio autor, la cual se escenificó en diversas ocasiones a lo largo de la primera mitad del siglo XX, pero el segundo acto se encontraba perdido en ese entonces.
Luego de un amplio trabajo de investigación, esa ópera fue orquestada en su segundo acto y se estrenó en el Palacio de Bellas Artes en 2014 a cargo de la Compañía Nacional de Ópera del Inbal, con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Ricardo Castro.
A propósito, el poeta Amado Nervo se refirió a ella en su estreno original -en enero de 1900 en el Teatro Arbeu- como "un hito en la historia operística mexicana y una importante obra inspirada en los mejores maestros". Durante el confinamiento por la pandemia de la COVID-19, en 2020, el Inbal transmitió de manera virtual dicha versión de Atzimba, siendo una de las obras más vistas durante la emergencia sanitaria.
Otras acciones del Inbal en torno a la obra del compositor duranguense es la Cátedra de Piano Ricardo Castro que se implementó en el Conservatorio Nacional de Música desde 2017, "con el propósito de fortalecer el desarrollo académico y artístico de sus estudiantes", especialmente los menores de 22 años, con la tutoría de destacados pianistas nacionales y extranjeros.
Además, en noviembre de 2016, el pianista mexicano Armando Merino presentó su disco La Belle Epoque: El México de Ricardo Castro, en un recital que tuvo como escenario la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
El pasado 17 de noviembre, también en la Sala Manuel M. Ponce, se presentó el libro Ricardo Castro (1864-1907). Documentación y análisis de su obra musical, resultado de una investigación reciente del especialista Rogelio Álvarez Meneses, título en el que aborda el legado de uno de los compositores mexicanos más relevantes del siglo XIX y se rescatan 10 obras del compositor, entre ellas el segundo acto de Atzimba.
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