El Palacio de Bellas Artes vivió grandes momentos este domingo al cerrar la temporada de primavera 2019 de la Compañía Nacional de Danza y de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes al despedir a la bailarina Mónica Barragán y a la violinista Sandra Camacho por su trayectoria y desempeño en las agrupaciones del INBAL.
Mónica Barragán, solista de la Compañía Nacional de Danza (CND), y Sandra Luz Camacho Rivera, integrante de la sección de violines segundos de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes (OTBA), se despidieron de las agrupaciones del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) a las que pertenecieron por 18 y 28 años, respectivamente, al finalizar las últimas dos funciones de la temporada de primavera 2019 de la CND en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes el domingo 28 de abril.
Tras interpretar la pieza Casta Diva -coreografía de su hermana Yazmín Barragán y de Alan Marín-, la cual formó parte de la Gala Contemporánea de la mencionada temporada de la Compañía, Mónica Barragán recibió una fuerte y prolongada ovación del público, así como de sus compañeros y maestros de la CND en el escenario, al finalizar la tercera y última función de la gala. Su esposo y su hija también subieron al escenario para felicitarla y obsequiarle un ramo de flores.
La titular del INBAL, Dra. Lucina Jiménez, a nombre del Instituto y de la CND, agradeció a la intérprete por "esta vida entregada a la danza, por la chispa que dejaste salir de ti y que se volvió disciplina, pasión y trabajo, y que seguramente lo hiciste poniendo el corazón y todo tu ser. Cuando se abraza a la danza, no se abandona nunca. Hoy dejas esta etapa, pero sabemos que la danza te acompañará permanentemente. A nombre de todas y todos, quiero decirte que ésta siempre será tu casa, que el Palacio de Bellas Artes siempre estará abierto para ti. Muchas felicidades".
Mónica Barragán realizó estudios en la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del INBAL de 1990 a 2000. En 2001 se incorporó a la CND. Fue integrante de la Compañía Danza sin Fronteras de 2002 a 2003. Recibió el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en 2003 como intérprete, y del INBAL, en su programa Educación Artística 2009, por el proyecto Museo mexicano de la danza.
Desde 2011 fue solista de la CND. Ha interpretado, entre otros papeles, la niña principal en Baile de graduados, el Hada de Azúcar y la Reina de las Nieves en El Cascanueces, el Hada de las Lilas en La Bella Durmiente, Effie en La sílfide y el escocés, el Cisne Blanco en El lago de los cisnes y la Bruja enBlancanieves.
En entrevista previa, la bailarina refirió: "Casta Diva es una coreografía sencilla, pero artísticamente da muchísimo. El reto más increíble es que bailo en tenis, porque normalmente lo hago en punta o zapatilla de media punta. Bailar en tenis es tan extraño. Nunca pensé retirarme en tenis, pero me encanta la idea".
Rememoró que al finalizar sus estudios en danza presentó su audición en la CND y logró quedarse. "La vida me dio esta oportunidad y la tomé. Me llevo maravillosos recuerdos. La Compañía ha sido como mi casa. Vengo al Palacio de Bellas Artes y es mi casa desde los ocho años. Estoy muy contenta y agradecida con todos los maestros y los directivos que me han apoyado durante estos años. La Compañía ha sido mi vida entera".
Agregó que tiene algunos proyectos culturales, pero que los materializará paulatinamente. "El principal motivo de mi retiro es tener tiempo para mi hija. Tiene un año y medio y quiero dedicarme a ella. La carrera de bailarín es muy demandante, lo cual respeto mucho, por eso decido en este momento dar este paso.
"Actualmente la CND atraviesa por cambios muy importantes y requiere de bailarines que estén en cabeza, alma y físico. Viene un momento muy bueno para la Compañía y yo ahora tengo muchas cosas pendientes que no quiero dejar pasar más. No me duele irme, ya di mis buenos años. No me deben nada y no debo nada, lo cual me hace sentir feliz. Aquí no acaba, apenas empieza", dijo.
Se despide violinista Sandra Camacho en cierre de Giselle
Posteriormente, al concluir la tercera de las cuatro funciones de Giselle dentro de la Temporada de primavera 2019 de la CND, la violinista Sandra Luz Camacho Rivera, integrante de la OTBA -agrupación encargada de musicalizar el ballet de Anton Dolin-, fue reconocida en el mismo recinto por su trayectoria, en su última presentación como parte de la Orquesta, entre ovaciones de los asistentes y de sus compañeros.
"El INBAL le otorga este reconocimiento por su trayectoria y actividad artística de excelencia y disciplina como parte de la OTBA, una orquesta que es alma de la ópera y la danza en el Palacio de Bellas Artes. Si siente nostalgia, sepa que aquí estamos: aquí está su Orquesta y su Palacio. Muchas gracias. Y también aquí está su familia para felicitarla y agradecerle su trayectoria artística de la cual nos sentimos muy orgullosos", dijo la titular del INBAL en el escenario de la Sala Principal del recinto de mármol, adornado por flores para la violinista y con la interpretación de Las golondrinas a cargo de la OTBA como fondo.
Originaria de Puebla, Sandra Camacho estudió en el Conservatorio de Música y Declamación del Estado de Puebla, así como en la Escuela de Perfeccionamiento Ollin Yoliztli, bajo la tutela del violinista y pedagogo Jorge Risi.
Fue integrante de las orquestas de la Universidad de Nuevo León y Filarmónica del Bajío. Hace 28 años se integró a la OTBA, donde ejerció ininterrumpidamente hasta este domingo, además de participar a favor del mejoramiento de la agrupación del INBAL.
En entrevista previa, la violinista afirmó sentirse orgullosa de haber permanecido durante casi tres décadas en la OTBA, "la única orquesta que acompaña ballet y ópera. Me siento entre nerviosa, triste... se conjugan muchas emociones. Pero me voy contenta de haber pertenecido a esta gran agrupación.
"Me voy contenta, porque me pagaban por hacer algo que me encanta. Siempre he dicho que si volviera a nacer, volvería a ser violinista, y si tuviera de nuevo la suerte de pertenecer a la OTBA, lo haría.
"Todas las obras que interpreté con la Orquesta son importantes, pero, para mí, son especiales la óperaMadama Butterfly, que siempre me ha cautivado y, en cuanto a ballet, Romeo y Julieta. Me voy a despedir con Giselle, que siempre me trae muchos recuerdos bonitos y es también una de mis preferidas", concluyó Sandra Camacho.
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