El Lago De Los Cisnes Refrendó Su Arraigo En El Gusto Del Público

Ante el asombro del nuevo público, conformado por varios pequeños que asistieron por primera vez, así como por quienes disfrutan año tras año de la coreografía, El lago de los cisnes, producción de la Compañía Nacional de Danza (CND) del Instituto Nacional de Bellas Artes, inició una nueva temporada en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.

Los aplausos y las ovaciones se dejaron escuchar al final de cada uno de los cuadros como recompensa de la ejecución de solistas y cuerpo de baile.

La música de Piotr Ilich Chaikovski combinada con la versión coreográfica de Mario Galizzi engalanó la velada y cautivó una vez más al público entre el que se encontraba David Bear, director ejecutivo de la CND, y Jacqueline López, régisseur artística de la compañía.

En la primera escena los asistentes presenciaron la fiesta de cumpleaños del príncipe Sigfrido, la cual fue celebrada en los jardines de su palacio. Los nobles le ofrecieron regalos y rindieron honores, en tanto su madre le obsequió un arco tras recordarle que en el baile del día siguiente debería de elegir esposa. Al anochecer, el príncipe descubre que una bandada de cisnes sobrevuela los jardines, por lo que toma su arco e invita a sus amigos a seguirlo y comenzar una cacería.

Los cisnes se posan a las orillas del lago donde se encuentra el castillo del mago Von Rothbart, quien transformó a la princesa Odette y su corte en blancos cisnes. Tras verla recobrar su forma humana a mitad de la noche y conocer su historia, ambos jóvenes quedan enamorados.

Ha llegado el día siguiente y ante el príncipe desfilan cinco princesas entre las cuales deberá escoger a su futura esposa, pero él continúa pensando en Odette. De pronto, Von Rothbart aparece disfrazado con su hija Odile, quien se hace pasar por Odette. Sigfrido, creyendo que se trata de su enamorada, le jura fidelidad a Odile, con lo que condena a Odette a permanecer convertida en cisne para siempre.

Al darse cuenta del engaño, el príncipe se resiste a casarse con Odile, lo que desata la furia del mago, quien lo arroja a la profundidad del lago, acción que imita Odette. El acto de amor de los jóvenes rompe el hechizo de Von Rathbart, libera a las doncellas y debilita al cruel mago. El gran amor de Sigfrido y Odette logra trascender y hace que permanezcan juntos para la posteridad.

Aunque trágico, el clásico final en el que los enamorados vencen el mal y su amor triunfa, inclusive sobre la muerte, arrancó los aplausos del público, quien una vez más salió satisfecho por la demostración de técnica y arte que imprimen cada uno de los bailarines que estuvieron en escena.

Para todos aquellos que se quedaron sin boleto, el 19 y 26 de agosto a las 17:00, las funciones se transmitirán en vivo de forma gratuita por livestream.com/inba, así como a través del programa La Cultura A-Pantalla, pantalla gigante que se coloca a un costado del Palacio de Bellas Artes, en la calle Ángela Peralta.

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