En la Sala Manuel M. Ponce recibieron el galardón por su contribución en la arquitectura y en el rescate del patrimonio arquitectónico mexicano.
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura entregaron este miércoles 25 de septiembre la Medalla Bellas Artes, máximo reconocimiento que otorga el Estado mexicano por su contribución en la arquitectura a Sara Topelson y a Enrique Ortiz; y en el rescate del patrimonio arquitectónico mexicano a Gabriel Mérigo y Salvador Aceves.
Durante la ceremonia de entrega, en un mensaje de la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, el cual dio lectura la subdirectora general de Patrimonio Artístico Inmueble, Dolores Martínez Orralde, externó que “reconocer el trabajo de quienes, a través de su visión y esfuerzo han moldeado la arquitectura y la restauración en México, es parte esencial de nuestra misión.
“Al distinguir la destacada trayectoria de arquitectas, arquitectos y especialistas en patrimonio, el Inbal reafirma su compromiso con la conservación del legado cultural y arquitectónico y honra a quienes han dedicado su vida a este noble propósito”, agregó.
En el ámbito de la arquitectura, destacó que Enrique Ortiz y Sara Topelson no solo son “pioneros en el diseño y la planificación urbana, sino que también han jugado un papel clave en la formación de nuevas generaciones de profesionales, así como en la formación de una arquitectura inclusiva y sostenible.
Mientras que en el ámbito de Patrimonio, Gabriel Mérigo y Salvador Aceves “han dedicado su vida a la preservación y restauración de los monumentos históricos, contribuyendo significativamente a la conservación de nuestro patrimonio cultural. Su incansable labor en la protección y revitalización de edificaciones históricas ha asegurado que las futuras generaciones puedan disfrutar y aprender de este legado”.
Refirió que este reconocimiento no habría sido posible sin el trabajo y dedicación de los miembros del jurado, Francisco Serrano, Xavier Cortés y Alberto González, cuya experiencia y criterio han contribuido a consolidar este premio, y resaltó que “al reconocer la trayectoria de estas cuatro figuras de la arquitectura y el patrimonio, estamos realizando un acto de justicia, celebrando su legado y reafirmando la importancia de su trabajo. Que estas Medallas Bellas Artes sean un símbolo de nuestro profundo respeto y admiración por su invaluable contribución a la arquitectura y al patrimonio de México”. Además de amigos, familiares y colegas, quienes ovacionaron a los premiados, la ceremonia contó con la presencia del subdirector general de Bellas Artes, Héctor Romero Lecanda; de titular del Sistema de Apoyo a la Creación de Proyectos Artísticos y Culturales de la Secretaría de Cultura, Luis Tareke Ortiz, así como los arquitectos Isadora Hastings, Xavier Rocha y Norma Laguna, quienes leyeron semblanzas de los galardonados.
Al recibir la medalla 2023, el arquitecto Enrique Ortiz, cuyo trabajo se ha distinguido por impulsar proyectos y políticas públicas a favor de la vivienda popular, respetuosa y responsable con la gente y la naturaleza, destacó que la arquitectura es un trabajo colectivo.
“Este no es un reconocimiento a Enrique Ortiz (Medalla Bellas Artes en Arquitectura 2024), porque siempre he trabajado en equipo, por ello es un reconocimiento a todos los que hemos luchado por un mundo diferente, y muchos de ellos están aquí”, quienes, agregó, “hemos trabajado juntos, haciendo un pensamiento diferente, poniendo al centro al ser humano y no la tecnología o el dinero, que es lo que nos está recetando el sistema, sino que ponemos el afecto, el amor”.
Expresó que en estos tiempos de crisis en el mundo, como el cambio climático, es fundamental “poner la vida al frente, pero también tenemos que poner al frente de nosotros lo comunitario”, por encima de lo individual, porque “la verdadera evolución del ser humano, el futuro, no es el producto interno bruto, sino el crecimiento de todos, de que todos tengan una vida buena, mucho más sencilla”.
Por su parte, la arquitecta Sara Topelson (Medalla Bellas Artes 2024) expresó que a través de su trabajo, con el cual creó más de cuatro mil seiscientos espacios públicos, ha buscado contribuir a mejorar la vida de los conciudadanos, pues es justamente donde todos somos iguales y se consolida la vida urbana: “la población es a quien me he abocado a servir”. Subrayó que la arquitectura es la única de las artes a la que nadie puede ser ajeno: “Es nuestra segunda piel, la burbuja dentro de la cual transcurre nuestra existencia, la de todos los seres humanos, por lo tanto, creo que la arquitectura, la ciudad y el urbanismo deben estar siempre en el centro de las políticas públicas, en el foco de la discusión y en el foco de nuestros aportes”.
En su momento, Gabriel Mérigo (Medalla Bellas Artes 2023 en la disciplina de Patrimonio), cuyo quehacer se ha centrado en el rescate de importantes monumentos a lo largo del país, como el Monumento a la Revolución, la Casa Rivas Mercado o el edificio de la Secretaría de Salud, señala en un mensaje que leyó Leda Duarte, compañera de vida del galardonado, refirió que “la relación emocional con la arquitectura es una condición inevitable de la existencia humana”, vínculo que solo se rompe tras la demolición y que solo “el interés de la sociedad por la preservación de la arquitectura patrimonial puede revertir, atendiendo a su conservación o asignándole una nueva funcionalidad”.
Al destacar que la conservación siempre implica un reto para la sociedad, subrayó, sin embargo, que la rehabilitación de la arquitectura histórica constituye un vínculo con nuestro pasado: “Es de gran importancia preservar nuestro patrimonio arquitectónico en función del enorme significado que tiene para la comunidad, de su gran potencial para la renovación urbana y, sobre todo, para el mejoramiento de nuestra calidad de vida. Esta distinción, que mucho me honra, me compromete a redoblar esfuerzos en la conservación y rehabilitación de nuestro patrimonio cultural edificado, toda vez que nuestro país cuenta con un inmenso legado de gran valor que nos ha sido heredado por las generaciones del pasado y que tenemos la responsabilidad de preservar para los que nos van a suceder”.
Finalmente, Salvador Aceves (Medalla Bellas Artes 2024), que a través de su labor integró proyectos y equipos multidisciplinarios para el rescate de más de mil cuatrocientos edificios históricos, expresó que “la conservación del patrimonio, restauración, la puesta en valor, el conocimiento del legado arquitectónico y urbano de nuestro país es una tarea que no puede estar dirigida o controlada por una persona o por un pequeño equipo”. Asimismo, recordó que gran parte de su trabajo, también contó con el apoyo de las comunidades: “Fue un efecto multiplicador y nos dejó satisfacciones que no puedo comparar”.
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