Bajo la sombra del alba. Homenaje a Tamayo se presentó en estreno el viernes en la noche en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.
El Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac) rindió homenaje al pintor mexicano Rufino Tamayo con una serie de piezas coreográficas reunidas en el programa Bajo la sombra del alba, que se presentó el viernes por la noche en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, en el marco de los festejos por el 90 aniversario del recinto y como término de la Temporada de Danza 2024. Palacio en Movimiento.
Un prolongado aplauso del público coronó el estreno coreográfico que tuvo como protagonistas a 20 bailarinas y bailarines pertenecientes a la séptima generación de becarios de la agrupación que dirige la maestra Cecilia Lugo, quienes a partir de algunos de los temas manejados por el pintor oaxaqueño llenaron el escenario de movimiento, luz y color, mientras en el fondo se apreciaban imágenes de las obras del pintor y muralista mexicano.
Tras la presentación del elenco, mediante el cual el público disfrutó de un poema coreográfico dedicado a honrar la vida y obra del pintor oaxaqueño, la directora general del Inbal, Dra. Lucina Jiménez López, felicitó a la directora del Ceprodac, Cecilia Lugo, a la coordinadora nacional de Danza, Nina Serratos, y a la séptima generación de bailarines becarios de dicha agrupación por el talento y energía que mostraron en el escenario.
La compañía cumplió su cometido de honrar a Rufino Tamayo partiendo de la idea esencial que permea buena parte de su pintura: la lucha de los opuestos, reflejando en el escenario la mirada artística del pintor, inspirada en la esencia del pueblo mexicano, con sus raíces prehispánicas que la convierten en universal.
Con el apoyo de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través del Centro de Producción de Danza Contemporánea, a partir de la obra de Tamayo los bailarines desdoblaron su personalidad para construir ellos mismos seis deslumbrantes coreografías, proponiendo así un homenaje desde el arte de los cuerpos en movimiento a la vasta obra pictórica y mural del pintor oaxaqueño.
Así, una a una, el público pudo apreciar el esfuerzo, la creatividad y la destreza de la compañía con las coreografías Origen, de Tomás Reyes y Karen Vidals; A la sombra de la Luna, de Eduardo Esquivel; Almas en fraternidad, de Lázaro Sierra; Olga, de Aralia Dflon y Porfirio Perera; Cuerpos celestes, de Alex Hensa; y La noche no es más que sol carbonizado, de Ana Paula Oropeza, que trajeron a la memoria obras de Tamayo como El hombre ante el infinito, Paisaje con Luna, Perro con Luna y las clásicas Sandías, entre otras.
Las piezas cobraron vida en el escenario a través de las ejecuciones de los integrantes de la séptima generación de becarios del Ceprodac: Lidia Barrios, Aldo Bejarano, Oscar Castellanos, Aralia Dflon, Alexandra Elenes, Eduardo Esquivel, Marco Gómez, Natali González, Alex Hensa, Daniela Mérida, Marijosé Muriedas, Ana Paula Oropeza, Porfirio Perera, Diego Rangel, Tomás Reyes, Lázaro Sierra, Hayde Valdovinos, Karen Vidals, Ricardo Villalobos y Donají Zamora.
Cecilia Lugo, directora artística del Ceprodac, comentó que a partir de la obra del maestro Rufino Tamayo, el equipo de bailarines y coreógrafos de la agrupación dancística del Inbal cumplieron su cometido de hacer un homenaje coreográfico al pintor oaxaqueño retomando algunos temas, colores y conceptos propuestos en su vastísimo universo pictórico, para ofrecer un breve pero profundo reconocimiento, partiendo de una mirada ritual y poética que bebe en la cosmogonía indígena mexicana.
La directora artística aseveró que, a partir de una revisión de la obra pictórica del artista oaxaqueño, cada uno de los bailarines-coreógrafos llevó su mirada hacia donde sentían que su corazón palpitaba y plasmó en cada pieza su particular punto de vista para rendir homenaje al pintor Rufino Tamayo, con motivo del 125 aniversario de su nacimiento (25 de agosto de 1899) y el 33 aniversario de su fallecimiento (24 de junio de 1991).
En el estreno del programa Bajo la sombra del alba. Homenaje a Rufino Tamayo pudo palparse la versatilidad y creatividad de los bailarines convertidos en coreógrafos y ejecutantes, pero también el amplio trabajo que realizó el personal de apoyo de la compañía en un vistoso diseño de iluminación, de vestuario y de utilería a cargo de Aurelio Palomino, diseño sonoro del maestro Joaquín López “Chas”, la realización visual de Ricardo Trabulsi, audiovisuales Alexandra Sanders, y la producción audiovisual de Karla Muñoz.
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