Entre la realidad y la fantasía, Julio Cortázar instauró una nueva manera de hacer literatura al romper con moldes clásicos editoriales, se alejó rutinas y patrones establecidos y renovó los géneros que cultivaron el cuento fantástico; sus relatos indagaban en las facetas más enigmáticas de lo cotidiano y buscó siempre la originalidad y el profundo sentido de lo real.
Este 26 de agosto de 2019 se cumplen 105 años del nacimiento del escritor, profesor, traductor y guionista argentino Julio Cortázar, considerado uno de los creadores latinoamericanos de mayor influencia entre los literatos de las generaciones posteriores y, sobre todo, un autor de culto entre las juventudes lectoras del mundo contemporáneo.
Julio Cortázar, representativo del llamado boom latinoamericano de los años setenta del siglo XX, nació el 26 de agosto de 1914 en Bruselas. Bélgica. El mismo hizo su biografía: "Nací en Bruselas en agosto de 1914 (...) Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia; a mi padre lo incorporaron a una misión comercial cerca de la legación argentina en Bélgica, y como acababa de casarse se llevó a mi madre a Bruselas.
"Me tocó nacer en los días de la ocupación de Bruselas por los alemanes, a comienzos de la Primera Guerra Mundial. Tenía casi cuatro años cuando mi familia pudo volver a la Argentina (...) Crecí en Banfield, pueblo suburbano de Buenos Aires, en una casa con un gran jardín lleno de gatos, perros, tortugas y cotorras: el paraíso.
"Pero en ese paraíso yo era Adán, en el sentido de que no guardo un recuerdo feliz de mi infancia; demasiadas servidumbres, una sensibilidad excesiva, una tristeza frecuente, asma, brazos rotos, primeros amores desesperados...".
Julio Florencio Cortázar estudió en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta y en 1932 obtuvo el título de maestro y ejerció el magisterio. Ese mismo año descubrió el libro Opio, de Jean Cocteau, y su lectura "cambió por completo su visión de la literatura" y lo acercó al surrealismo. En 1935 ingresó en la Facultad de Filosofía y Letras y publicó, bajo el seudónimo de Julio Denis,una colección de relatos titulada Presencia (1938).
Autor innovador del género del relato corto, de la novela y la prosa poética, en los años cuarenta, por problemas políticos, abandonó su puesto de profesor en la universidad, y comenzó la publicación de artículos y relatos en revistas literarias. Tras conseguir el título de traductor oficial de inglés y francés se trasladó a París, donde trabajó en la UNESCO.
La década de los cincuenta significó años de exilio, pues viajó a Italia, España y Suiza, pero radicó principalmente en París. Atraído por las traducciones de Edgar Allan Poe, entre otros autores, escribió su primer libro de cuentos titulado Bestiario en 1951, que le dio renombre internacional.
En 1959 publicó Las armas secretas, que incluye el cuento largo El perseguidor. Este cuento supone un sesgo en la narrativa de Cortázar. Allí aborda un problema de tipo existencial, de tipo humano, que luego se ampliará en Los premios y sobre todo en Historias de cronopios y de famas (1962) y Rayuela (1963), considerada "su obra maestra que refunda el género" del relato corto.
Julio Cortázar destacó también por sus "misceláneas" o "almanaques", en los que mezcló con versatilidad la narrativa, la crónica, la poesía y el ensayo. De ese estilo son sus libros La vuelta al día en ochenta mundos (1967) y 62, modelo para armar (1968).
En los años setenta viajó a Cuba, lo que marcó su camino político, pues apoyó abiertamente a políticos como Fidel Castro y Salvador Allende, además de formar parte del Tribunal Internacional Russell, que estudiaba las violaciones de Derechos Humanos en Hispanoamérica. En su Libro de Manuel (1973) plasma ese compromiso político.
En los años siguientes publicó los poemas Pameos y meopas (1971), los relatos de Octaedro (1974) y Queremos tanto a Glenda (1980) y Un tal Lucas (1979) y Los autonautas de la cosmopista (1983) en su obra miscelánea. En 1984 recibió el Premio Konex de Honor en Argentina.
En protesta por la situación política de su país, en 1981 adoptó la nacionalidad francesa -sin renunciar a la argentina- en uno de sus primeros decretos del gobierno socialista de François Mitterrand. En 1983, después de la dictadura militar, regresó a su país y aunque las autoridades obviaron su presencia, la gente le dio una calurosa bienvenida.
Poco antes de fallecer, publicó su libro de poemas Salvo el crepúsculo (1984) y los artículos Argentina, años de alambradas culturales (1984). Julio Cortázar falleció el 12 de febrero de 1984 en París, Francia, y sus restos reposan en el cementerio de Montparnasse, en la tumba donde yacía Carol Dunlop, su última esposa.
En 1996 se publicó póstumamente su ensayo Imagen de John Keats y en 2009 apareció Papeles inesperados, una obra miscelánea encontrada por su primera esposa, Aurora Bernárdez.
Una de sus frases más recordadas y que habla de su estilo literario es: "Yo ya era así antes de que tú llegaras, caminaba por las mismas calles y comía las mismas cosas. Incluso antes de que llegaras yo ya vivía enamorado de ti y a veces, no pocas, te extrañaba como si supiera que me hacías falta".
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