¿Y por qué no crear una obra de teatro que ridiculice al machismo?
Seguramente para Laura Fernández MacGregor Maza, esta debe haber sido la pregunta que detonó el proyecto de una tradicional comedia musical, 100% mexicana, que sería bautizada como El Mundo Dorado del Hombre Cas(z)ado, de la cual es creadora del libro, letras y música, y que vio la luz escénica entre abril y mayo de este 2013.
Una pieza en dos actos donde se relatan las historias y peripecias de un matrimonio donde el marido, Julio, considera que su momento de galán conquistador aún permanece, pero además, ahora involucra a su ahijado, y a los que conforman su mundo, logrando así un enredo que le permita cubrir sus conquistas.
Sin duda, el mayor reto que ostentaba esta producción que ahora recordamos, fue el hecho de revivir en este 2013, una vertiente del género que, aunque existe, ahora goza de menos atención frente a la llegada de los grandes montajes escénicos musicales, mismos que ya no cuentan con grandes diálogos hablados, sino que la mayior parte de su historia se narra a través de la música, canciones y bailes.
Así es, la comedia musical implica todavía la responsabilidad de dar una secuencia, cordura y armonía a la parte de la historia que es diálogo entre los personajes, y saber cómo acoplar las canciones para que sean un reforzador de dicha narrativa, pero éstas últimas no tendrán el mayor peso en la duración de la puesta en escena. Es decir, un equilibrio de la palabra y la canción.
Sin duda, hablar de comedia musical en México es remontar a obras como El Diluvio que Viene, Contigo Pan y Cebolla (de los legendarios Hermanos Zavala), Loco por Ti, Anita la Huerfanita, Están tocando nuestra Canción, Un Tipo con Suerte, Mame, Hello Dolly!, entre muchas otras.
Todas tienen temas musicales inolvidables, pero que no explican la historia por sí solos. Requerían las secuencias dialogadas para cerrar la combinación de una comedia con su parte musical.
Pero además, otro reto era trasladar al público a una época como los años 60, donde pudiéramos reconocer a los personajes en íconos indirectos que nos permitieran disfrutar aún más la puesta en escena. Ahí entra el grandioso trabajo del Director y de su elenco, y donde indudablemente los directores Alejandro Orive y Laura Luz llevaron al primer actor, Roberto Blandón (ya todo un conocido del musical en México con obras como Los Miserables, Dulce Caridad, y La Bella y la Bestia El Musical de Broadway, entre muchos otros), a compartir su arte histriónico propio, pero añadiendo matices de uno de los galanes por excelencia en México, que vaya que sabía el significado del mundo machista: Mauricio Garcés.
Irremediablemente, un digno homenaje indirecto al Don Juan mexicano Garcés, ahora convertido en un digno Don Juan mexicano Blandón, quien junto con Natalia Sosa, Yolanda Orrantia, Gerardo González, Enrique del Olmo D. , Lorena San Martín, Elías Ajit, Angie Vega, e Iván Caraza. Y con ellos Jana Soar, Danut Istrate, Ana Pamela, Ximena Nieto, Monserrat Jiménez, Denisse Donigian, Gabriela Galán, Delia Cruz, Manuell Jimennez, Genaro de la Torre, Iván Ortega, Luis Chávez, Uriel Esquivel, Hugo Curcumelis y América Basurto, complementan el cuadro histriónico de una puesta en escena, corta en su temporada, pero que deja el compromiso a nuevos productores, directores y escritores, de no olvidar la tradicional esencia de la Comedia Musical, donde no sólo las melodías, bailes o efectos especiales, sean los que cuenten la historia.
La historia es diálogo, y el diálogo es con seres humanos, que no necesariamente todo lo dicen con música o canciones.......No olvidemos ese público, porque si realmente queremos ayudar al género musical, debemos pensar en nuevas generaciones que también requieren aprender o re-aprender a dialogar, y que la música y la canción, sean los elementos que brinden el toque final de emoción y pasión que vive en todos nosotros y que son sus notas y compases, los que despiertan esas fibras sensibles.
Bravo por este gran esfuerzo del equipo creativo integrado por Dimitrios Krimbalis en la producción general, el Mtro. Alejandro Orive y Laura Luz en la dirección escénica, Pedro Lozano en la dirección musical, Oscar Carapia en coreografía, y Laura Rode en la dirección de arte.
Su esfuerzo no fue en vano. Siempre lo tendremos en mente para promover a las nuevas generaciones creativas en teatro, que no olviden el origen de cada género y la esencia que los caracteriza.
Imagen: Perfil FB de la puesta en escena (2013)
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