La versión completa de La bayadera consta de cuatro actos, y su estreno se produjo en 1877, en el Teatro Marinski, de San Petersburgo, teniendo como solista principal a Lev Ivánov, quien más tarde alcanzaría la celebridad como coreógrafo de Cascanueces y de los actos segundo y cuarto de El lago de los cisnes. El libreto de La bayadera, creado por Serguei Kuschelok y Marius Petipa, se inspiró en dos dramas del poeta hindú Kalidasa.
El presente Grand pas corresponde a la escena de los festejos por los esponsales de Gamzatti, la hija del Rajá, y Solor, un príncipe guerrero. En la cultura oriental, las bayaderas eran bailarinas y cantantes que intervenían tanto en las ceremonias religiosas como en las fiestas profanas. En la danza teatral del siglo XIX, poblada de extraordinarias criaturas femeninas —sílfides, ondinas, wilis, mujeres-cisnes, sombras, espectros…—, las bayaderas, por su exotismo, gozaron de especial popularidad. En el repertorio del Ballet Nacional de Cuba se encuentra otro fragmento del ballet La bayadera: la escena conocida como «El reino de las sombras».