Lady Macbeth De Mtsensk, Una Ópera Que Es Necesario Ver En México, Coinciden Participantes

El próximo jueves 20 de marzo a las 20 horas, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, la Compañía Nacional de Ópera iniciará las representaciones de la obra Lady Macbeth de Mtsensk, de Dmitri Shostakovich, con la participación de un elenco multinacional, bajo la dirección de escena de Marcelo Lombardero, titular de la agrupación.

Estrenada en 1934 en la entonces Rusia soviética, la ópera se presenta como un retrato psicológico y una crítica social a la violencia y el patriarcado que ha imperado en el mundo desde siglos atrás. También es una invitación a reflexionar sobre los motivos que llevan a una mujer a cometer una serie de crímenes, mostrando un marco de corrupción, degradación moral y opresión machista-patriarcal.

Se trata, además, de una denuncia. Según el director de escena Lombardero, el personaje principal, Katerina, sufre opresión y violencia en la hacienda de su suegro Boris, mientras su esposo Zinovi está ausente.  La llegada de Serguéi, un empleado seductor, la lleva a una relación prohibida que desata asesinatos. Al ser descubiertos y encarcelados, Serguéi traiciona a Katerina, culpándola de todo. La historia culmina trágicamente cuando Katerina muere ahogada en las aguas de un río helado, al tratar de matar a Sonietka, la mujer que le ha robado a su amante Serguéi.

La ópera se estrena en México con un elenco internacional en el que destacan, por la parte mexicana, el barítono Tomás Castellanos y la mezzosoprano Rosa Muñoz.

Tomás Castellanos desempeña dos papeles en la obra: uno como un obrero que informa sobre los daños en el molino de la familia, y otro como un policía que abusa de su poder para obtener beneficios personales.

La historia de Lady Macbeth pareciera ser “sencilla”, afirma el barítono mexicano. “Es una mujer casada, cuyo marido y suegro la tratan de la peor manera, destinada a hacer los quehaceres de la hacienda, en la cocina, y apurándola a tener hijos para darles un heredero”. Sin embargo, añade, es una historia compleja. “La mujer, acosada, maltratada, violentada y menospreciada, se harta de la situación y en un acto de desesperación, locura o hartazgo, se ve obligada al asesinato de sus opresores”.

“Me parece que es una ópera que se tenía que hacer y se tenía que ver en México. Primero, por la música; segundo, por la historia; y tercero, por la relevancia que tiene hoy en día el tema. La gente tendrá que ver la obra y decidir por sí misma, pues verá una realidad muy cruda, acompañada de una música que es majestuosa, diferente a lo conocido antes. Para mí, es una ópera que representa una propuesta que abre una percepción distinta en el aspecto auditivo, visual, actoral e, incluso, en la manera en que la estamos cantando. Es algo para disfrutar en todos sus aspectos”.

Por su parte, la mezzosoprano Rosa Muñoz da vida a Sonietka, la mujer que le roba el amante al trágico personaje principal en la cárcel. “Mi personaje es como la gota que derrama el vaso en la vida de Katerina, quien está presa, junto con su enamorado Serguéi, por los asesinatos cometidos entre los dos. Sin embargo, aún en la cárcel, ella sigue enamorada, pero él la detesta porque siente que ella lo obligó a cometer tales asesinatos”, comenta la cantante mexicana.

Rosa Muñoz reconoce que se trata de una obra fuerte, con temas pasionales, asesinatos y abusos hacia la mujer. "Dar vida a Sonietka es un verdadero reto", afirma. “Sonietka es una mujer muy cínica, que odia a Katerina, y en un momento le hace burlas desmedidas y le causa vergüenzas. Es una mujer sin escrúpulos. Es un reto complejo darle vida”, explica la mezzosoprano.

En uno de los momentos clave, Sonietka exige que Serguéi le regale unas medias, las cuales le pide a Katerina, dejándola a expensas del frío siberiano. "En un arrebato, Katerina arroja a Sonietka a un río helado, provocando sus gritos desesperados, aunque ambas terminan muriendo", detalla Rosa Muñoz.

La mezzosoprano agrega: “He terminado los ensayos evidentemente conmovida, por muchas razones, comenzando por el tema de la violencia hacia la mujer, el desbordamiento de las pasiones, etcétera. Lo valioso que encuentro en esta obra es que se puedan contar tales historias para ir haciendo conciencia del tema, aportar al debate —urgente y necesario— desde las artes, en este caso, la música y el canto”.

“Es una ópera muy fuerte y hay que verla, porque, además de todo el drama, tiene una música igualmente impactante, de una sonoridad increíble, provocadora”, concluye la artista.

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