Con una nutrida presencia de artistas mujeres, se llevaron a cabo actividades en el Jardín Escénico y el Teatro de la Danza del CCB, el sábado 8 y domingo 9 de marzo.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, las actividades gestadas el reciente fin de semana por la Coordinación Nacional de Danza (CoND) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), contaron con una significativa convocatoria de creadoras escénicas que bailaron para recordar que la danza juega un papel fundamental en la conmemoración del 8M, al ser una forma de expresión que las mujeres han utilizado para visibilizar luchas y resistencias, denunciar desigualdades y, también, celebrar su identidad y fortaleza.
El sábado 8 y el domingo 9 de marzo, ante una amplia afluencia de personas asistentes, actividades como los conversatorios y las funciones del Segundo Coloquio de Danza Folk-temporánea y Neofolklórica, realizados en el Jardín Escénico, contaron con la participación de bailarinas, coreógrafas, críticas e investigadoras de danza. Estas acciones propiciaron la creación de un espacio de diálogo y sensibilización para fortalecer el reconocimiento de las mujeres dentro de las artes escénicas.
En la intervención correspondiente a la colectiva Danzariega, el sábado 8 de marzo, dentro de las funciones del citado coloquio, la agrupación de folclor experimental integrada por mujeres compartió un mensaje creado especialmente para la conmemoración de esa fecha. El texto fue leído por Samantha Contreras, integrante y portavoz de la compañía.
“Resistimos a la concepción mercantilista del mundo. No todo es una acción de compra-venta, no todo es mercancía, y por ello decimos sí: rebelarnos frente a los cuerpos hegemonizados y a las prácticas de competencia; mirar a la danza como forma de lucha contra las opresiones; a luchar pacíficamente desde nuestra trinchera, la danza, invitando a otras lógicas…”.
“Buscamos el encuentro con la danza desde lo orgánico, lo no violento; apreciamos la espontaneidad, el aprendizaje entre pares y el respeto a las posibilidades de los cuerpos. El día de hoy, 8M, las Danzariegas decidimos salir a marchar y no bailar, sabemos que nuestra presencia puede estar de diversas formas”. La lectura de dicho mensaje dio pie a la presentación de la videodanza titulada Im(Pulsos), creada por Donaji Peñaloza Sánchez, también integrante de la colectiva.
Mientras tanto, en el Teatro de la Danza, el elenco del Centro de Producción de Danza Contemporánea (CEPRODAC) participó en la programación del xxI Encuentro Internacional y XXVII Encuentro Iberoamericano de Mujeres en el Arte, cuya programación fue curada en colaboración con la Coordinación Nacional de Danza. La agrupación interpretó una reposición de la obra Nicolasa (a Guillermina), homenaje coreográfico dedicado a Guillermina Bravo, figura fundamental de la historia de la danza contemporánea en México.
Concebida por la coreógrafa Cecilia Lugo en 1995, esta pieza dialoga musicalmente con el Danzón No. 2 de Arturo Márquez, para mostrar en escena la disputa entre tres mujeres por un abanico, el cual resulta una representación metafórica del poder. “Me inspiré en la vida de la Maestra Guillermina Bravo, quien tenía por segundo nombre Nicolasa, y junto a ella, dos brillantes mujeres de la danza nacional: Ana Mérida y Waldeen Falkenstein”, explica Lugo, actual directora artística del CEPRODAC.
A través de estas actividades, las artistas participantes refrendaron que las diversas manifestaciones del arte del movimiento pueden ser generadoras de reflexiones en torno a temáticas como la equidad de género, la violencia, la sororidad y los derechos humanos.
En 1975, la ONU reconoció el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, consolidándolo como una fecha para reflexionar sobre los avances en materia de derechos, pero también sobre las desigualdades y violencias que persisten. Actualmente, el 8M es una jornada de movilización global en la que mujeres de todo el mundo se organizan para exigir justicia, equidad y el fin de la violencia de género.
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