El compositor checo Antonin Dvo?ák quería hacer una ópera popular y en sólo unos meses elaboró la que es, desde 1900, una de la más representada en la historia de la República Checa: sólo en 1946 tuvo más de 500 presentaciones. Rusalka, ninfa acuática, de la familia de la sirena -muchos dicen que el libreto se basa en leyendas eslavas pero también en el histórico relato de Hans Christian Andersen- es la expresión del don melódico del compositor. La historia de la sirena que quiere ser humana por amor a un príncipe llega por primera vez al Colón, con la famosa aria “Canción de la luna”. Una metáfora del vínculo del ser humano y la naturaleza y una historia de amor fantástico.