Hablar con Susan Egan es hablar con una voz autorizada dentro del género del teatro musical. Con 24 años de carrera profesional a sus espaldas, la cantante y actriz nominada a un premio Tony por su trabajo en la puesta original de La Bella y la Bestia en Broadway llegará por primera vez a Sudamérica para dar una masterclass y un concierto el 1° de mayo en el Teatro Astral.
Créase o no, el primer papel que esta californiana consiguió en Nueva York tras mudarse a la Gran Manzana para cumplir su sueño fue precisamente el protagónico en el entonces nuevo musical de Disney: “Así es! Ese fue mi primer trabajo como actriz en Nueva York, y lo más loco es que casi no voy a esa audición porque no creía que era la persona adecuada para ese rol”, contó en exclusiva para BroadwayWorld Argentina. Tras la insistencia de su agente, finalmente se presentó al casting, y el resultado fue el inicio de una larga carrera que incluyó muchos otros protagónicos, entre ellos los de Cabaret y Thoroughly Modern Millie. “Cambió mi vida”, diría luego Egan sobre su trabajo como Belle.
Le dio gusto a Susan Egan conocer el paralelismo de su historia con la de Marisol Otero, gran figura del musical en Argentina que empezó su carrera profesional en el circuito comercial también gracias al personaje de Bella, y que doce años después volvió a ser elegida para participar de una nueva producción de La Bella y la Bestia en 2010, en esa ocasión como la Sra. Potts. Sobre este punto, declaró entre risas: “Yo también estoy esperando la llamada [para interpretar al personaje de la tetera]!”, y agregó que es justamente uno de los roles que le gustaría personificar en un futuro próximo.
-¿Tenés algún otro rol de tus sueños?
-Hay muchos papeles que me encantan. Y lo bueno del teatro musical es que, a diferencia del cine, los roles se ponen cada vez mejores para las mujeres a medida que envejecen! El hecho de que existan Mama Rose, Mrs. Lovett y Auntie Mame, y que todos esos personajes sean un poco más viejos, me hace saber que tengo un futuro. Me encantaría interpretar a cualquiera de ellas. Lo que más me gusta, sin embargo, es crear papeles nuevos, así que creo que el rol de mis sueños probablemente no fue creado todavía.
-¿Cómo creás una verdadera conexión con cada personaje que componés?
-Pienso que hay que encontrar áreas en las que uno sea similar a ellos. Y con esto no quiero decir que uno tenga que ser igual a su personaje. Yo fui Sally Bowles en Cabaret. Ella es drogadicta y alcohólica, y yo no soy nada de eso (risas)! Pero aún así hay que encontrar los espacios compartidos: “¿Se siente sola? ¿Se siente insegura? ¿Qué la lleva a hacer lo que hace?”. Hay que encontrar esas cualidades con las que uno se puede relacionar, y después, como me gusta decir, “agregar agua”: dejar que esos aspectos crezcan más y más. Siempre hay que ponerse en los zapatos del personaje, y creer en que están tomando las mejores decisiones, aún si uno, como una persona inteligente, sabe que en realidad su personaje está tomando decisiones incorrectas. El trabajo del actor consiste en justificar ante sí mismo y ante el público que esas elecciones son auténticas.
-¿Y cómo trasladás eso al plano vocal?
-Todo esto es aún más fácil con música. Si algo está musicalmente bien escrito, las notas son un vehículo para las emociones. Es importante que la voz sea lo más expresiva posible, porque muchas veces el público no ve tus expresiones faciales (por ejemplo en un doblaje o en un teatro muy grande).
Sobre su concierto en Buenos Aires, Egan adelantó que estará acompañada únicamente por un piano de cola, y que será un recital muy íntimo:
-Los conciertos que más me gustan como espectadora son los que te hacen irte del teatro sintiendo que conociste a la persona que estaba sobre el escenario. Mucha gente canta una canción tras otra, pero los shows que más me interesan son los que cuentan por qué esta canción, y por qué en este momento, los que tienen una narrativa que relaciona todos los números musicales. Esos conciertos tienen una historia, proponen un viaje. Y el viaje en mis conciertos es mi viaje. Apunto a que el público vea mi historia desde mis ojos, no como meros espectadores. Quiero que sepan cómo fue La Bella y la Bestia, por ejemplo, pero desde mi punto de vista. Para eso, combino clásicos de Broadway (que seguramente el público conoce, pero que yo canto de una forma que los hará parecer frescos y nuevos) con música de compositores nuevos de los que se hablará probablemente durante la próxima década. Algunos ya son conocidos, como Alan Menken o Stephen Schwartz, y otros son algo así como la voz de la próxima generación, como Jason Robert Brown, Georgia Sitt, Brian Haner o Paul Gordon.
-¿Qué facetas tuyas les mostrás al público en la masterclass, por un lado, y en el concierto, por el otro?
-Esa es una muy buena pregunta que nunca me habían hecho. Soy una persona muy analítica, de hecho me becaron en la universidad por mi buen desempeño en Matemáticas, algo muy poco usual para un actor! Así que sí, soy creativa, pero también soy muy cerebral, y ese es el lado que van a ver en la masterclass. Realmente voy a desmenuzar una interpretación: agarrarla compás por compás y hacer que el intérprete encuentre la arquitectura de la emoción. A través de ciertas notas, de ciertas letras, uno necesita alcanzar un cierto nivel emocional. Mi trabajo es llevar al intérprete a encontrar ese lugar de forma auténtica, para que no se preocupe por llegar a una nota, sino por tomar una decisión dramática que haga que la emoción sea tal que esa nota salga sola, como si nada. Van a notar un gran entusiasmo de mi parte en la clase. En el concierto, me pongo más en el rol de narradora. Es el lugar donde puedo relajarme y compartir desde un nivel creativo. La música que voy a interpretar cuenta historias muy divertidas sobre mis aciertos y mis desaciertos, y muestra a dónde me llevó todo eso y cómo me siento hoy por hoy. Además, es música que me encanta. Así que en la masterclass verán mi mente analítica, y en el concierto simplemente conocerán mi corazón.
-¿La masterclass es sólo para cantantes y actores?
-No, definitivamente no. La clase está pensada para todo tipo de gente: para los que les gusta el género de la comedia musical, para artistas que quieren ser directores o compositores… De hecho creo que los compositores realmente deben nutrirse de cómo un actor encara una canción porque eso puede cambiar su forma de escribir sus letras y componer su música. También es muy útil para los docentes. Muchas veces, los intérpretes eligen canciones de autores que conozco, por lo que les puedo contar anécdotas divertidas más allá de la clase en sí, y eso es muy divertido para los fanáticos del género. Además, siempre es interesante tener esa perspectiva del “detrás de escena” de un hecho artístico. Yo por ejemplo no soy artista plástica pero me fascina ver cómo alguien arma una estructura una obra de arte sobre una hoja en blanco. Así que sí, la masterclass no sólo está pensada para actores y cantantes.
Sobran motivos, como verán, para no perderse tanto el concierto como la masterclass de Susan Egan en Buenos Aires. Para participar de la clase, es requisito enviar CV con foto a susaneganmc@tiltcorp.net. Para más información, contactarse con Darío Martinez de AG Baires al 4315-1326.
Crédito fotográfico: Kevyn Major Howard
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