Artistic Director of Teatro San Martin Ernesto Schoo Passes Away at 87

Tal como señala la nota de hoy de La Nación "fue un ilustre crítico de cine y teatro" y trabajaba como columnista de Espectáculos en ese diario desde 1997. En la revista TEATRO del Teatro San Martín/Complejo Teatral de Buenos Aires trabajó como colaborador permanente desde el primer número, cuando lo entrevistó a Alfredo Alcón por Hamlet. En los últimos años, escribía la columna "El memorioso", en la que evocaba grandes figuras del teatro y el cine a través de su enorme anecdotario.

Schoo, quien también era miembro emérito de la Academia Nacional de Periodismo, nació en Buenos Aires el 12 de octubre de 1925. Se inició en 1950 en La Gaceta de Tucumán, Vea y lea y la Revista Sur. Igualmente, ejerció el periodismo en diarios y revistas como Primera Plana, La Opinión, Convicción, Tiempo Argentino, Noticias, etc.

En su obra literaria, se destacan los libros Función de gala (Editorial Sudamericana, 1976), El baile de los guerreros (Editorial Corregidor, 1978) y Coche negro, caballos blancos, (Ediciones de la Flor, 1988). La segunda de ellas fue editada en Francia (ALEÏ, Dijon, 1987) como Le bal des guerriers, traducida por Catherine Boivin.

Con su cuento "En la isla", en 1956 ganó el premio literario más importante hasta entonces otorgado en el país, auspiciado entre otros por la Sociedad Argentina de Escritores. Fue Caballero de la Orden y de las Artes y las Letras del Ministerio de Cultura de Francia, y Oficial de la Orden al Mérito de la República de Italia.

Fue guionista de la película De la misteriosa Buenos Aires -basada en el libro homónimo de Manuel Mujica Láinez- de Oscar Barney Finn, en 1981. También de Manuel Mujica Láinez, adaptó para televisión los relatos "El dominó amarillo" y "El coleccionista".

Fue columnista de arte y espectáculos en los programas de televisión Desayuno y América en vivo, entre otros, y conductor, durante cuatro años, de Las Musas, un ciclo de cable junto a su colega Jorge Luis Montiel, donde se dieron cita los más renombrados exponentes de la cultura nacional e internacional como Horacio Coppola, Amelia Bence, Alejandra Boero, Guillermo Roux, Leonie Rysanek, José van Dam, María Rosa Gallo, Hildegard Behrens e Inda Ledesma, entre otros. Todas esas entrevistas forman parte del acervo documental que puede consultarse en el Centro de Documentación de Teatro y Danza del Teatro San Martín, donde se encuentran en proceso de digitalización para su consulta.

Ha traducido obras de Henry James, Franz Kafka y del recientemente fallecido autor argentino Héctor Bianciotti.

Entre 1996-98 fue vocal del Fondo Nacional de las Artes.

Fue académico de la Academia Nacional de Periodismo Argentino y miembro honorario de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina.

En el libro 1960-2000. Cuarenta años del Teatro San Martín Ernesto Schoo recordaba cómo fue su asunción como director:

"Desde el primer momento aclaré que, lejos de sentirme su propietario, ni atornillado a un sillón, yo entendía que el auténtico dueño del San Martín es el pueblo de la ciudad. Concebí una programación destinada a un vasto espectro de públicos diversos y teniendo en cuenta las características de la institución: equilibrar la indispensable presencia de clásicos, tanto universales como locales, con la no menos indispensable apertura a la experimentación y la vanguardia. Y un objetivo fundamental: la formación de futuros espectadores.

La respuesta fue más que gratificante. Durante meses enteros, a lo largo de las dos temporadas que programé -1997/98-, para las tres salas hubo que poner en boletería el cartel de 'no hay más localidades'. Convoqué a la nueva generación de dramaturgos argentinos, que el San Martín dio a conocer así al gran público. El fomento a la experimentación y la vanguardia se dio mediante el sistema de coproducciones en colaboración con las salas del circuito 'off'. Con mi asesor, Jorge Landaburu, creé el ciclo de música contemporánea en la Sala Casacuberta, a partir de la aclamada actuación de Pierre Boulez. Traje a Jorge Lavelli (Seis personajes en busca de un autor), a Alfredo Arias y Marilú Marini (La mujer sentada, de Copi). Acepté a libro cerrado -lo confieso- por pura intuición, los proyectos de grandes éxitos: La tempestad de Shakespeare, en la magnífica versión para chicos de Claudio Hochman (estuvo en cartel tres temporadas), y Boquitas pintadas, de Oscar Araiz y Renata Schussheim, sobre la novela de Manuel Puig. Programé obras que el público actual merecía conocer: la Trilogía del veraneode Goldoni, y Lulú de Wedekind, entre otros."

En una entrevista realizada para La Maga en la fecha en que asumió el cargo, Schoo reflexionaba: "En los momentos duros, difíciles, que atraviesa el mundo en este momento, el teatro -no lo quiero presentar como una válvula de escape sino al contrario- es un lugar en donde las aspiraciones, las inquietudes, los sueños de la comunidad pueden en alguna medida realizarse. Hay problemas fundamentales de la vida del hombre que son eternos, ¿por qué estoy aquí?, ¿qué estoy haciendo?, ¿adónde voy?, etcétera, etcétera. El teatro sirve para canalizar esas preguntas; sabemos que el arte no da respuestas pero es muy importante la cantidad, calidad y la riqueza de las preguntas, en ese sentido creo que el teatro tiene una misión importantísima porque es un reflejo muy directo de la comunidad a la cual sirve. Y después, es, como todas las artes -voy a decir una frase un poco pomposa- un consuelo para la nostalgia del Paraíso."

Sus restos son velados hoy en su casa de Palermo.